La comunidad internacional intenta estrechar el cerco contra el Gobierno militar birmano, que se enfrenta a una creciente presión interna tras el golpe de Estado del pasado 1 de febrero, y este jueves se han conocido nuevas sanciones por parte de Reino Unido y Canadá, que se suman a mensajes de Estados Unidos, Japón, India, y Australia en favor de la vuelta "urgente" de la democracia.

Los ministros de Exteriores de Japón, India, Estados Unidos y Australia, los miembros de la alianza Quad, han instado a "la restauración urgente del Gobierno democrático", manteniendo que la prioridad es "fortalecer la resiliencia democrática en la región del Asia Pacífico, según ha informado el Departamento de Estado de Estados Unidos.

El Ejército birmano depuso al Gobierno democráticamente electo del país el pasado 1 de febrero y detuvo a la líder 'de facto' del país, Aung San Suu Kyi, y al presidente birmano, Win Myint, lo que ha generado una oleada de protestas y una amplia condena de otros países, como Estados Unidos, que ha interpuesto sanciones contra miembros del Ejército.

Asimismo, el Ministerio de Exteriores de Reino Unido ha anunciado este jueves nuevas sanciones por "violaciones de los Derechos Humanos" a tres miembros del Ejército de Birmania, que implican vetos al trabajo y la congelación de cuentas, así como ha anunciado nuevas medidas para evitar que el Ejército pueda tener tratos con empresas británicas.

Las tres personas contra la que se ha dirigido la medida son el ministro de Defensa, Mya Tun Oo, el ministro de Interior, Soe Htut, y el viceministro de Interior, Than Hlaing.

Las medidas han sido tomadas en conjunto con Canadá, que ha anunciado penalizaciones contra nueve miembros de las Fuerzas Armadas del país asiático, entre ellos el presidente de la junta militar, Mian Aung Hlaing.

El ministro de Exteriores canadiense, Marc Garneau, ha asegurado que el país se "hace eco de las llamadas para liberar a aquellos que han sido detenidos injustamente en el golpe militar".

"Nosotros, junto a nuestros aliados internacionales, haremos que el Ejército de Birmania rinda cuentas por sus violaciones de los Derechos Humanos y para hacer Justicia con los habitantes de Birmania", ha señalado por su parte el ministro de Exteriores británico, Dominic Raab.

Reino Unido ya había anunciado represalias contra 16 miembros de las Fuerzas Armadas del país asiático.

La UE se reúne

Los ministros de Exteriores de la Unión Europea se reunirán la semana que viene con las posibles sanciones a Birmania sobre la mesa. Además, ya ha revisado la ayuda humanitaria que entrega al país para garantizar que solo beneficie a la población y no al régimen militar.

El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha reiterado la exigencia de la UE para que el Ejército birmano deje en libertad a los detenidos "arbitrariamente", respete los derechos fundamentales birmanos y restaure la democracia en el país.

No obstante, las fuentes europeas consultadas por Europa Press enfriaron la posibilidad de que el 22 de enero, fecha de la reunión, los 27 acuerden sanciones contra el país asiático, aunque sí se pactaría un documento en el que la UE se reservaría la opción de adoptar más medidas.

HRW pide más sanciones

La ONG Human Rights Watch (HRW) ha llamado a los gobiernos a aplicar "sanciones inteligentes" que sean dirigidas contra las principales fuentes de ingresos del Ejército y sus líderes.

En concreto, la organización pone el foco en la Corporación Económica de Birmania y el Holding Limitado Económico de Birmania, dos empresas que proveen ingresos de manera directa a los militares.

En la misma línea, también propone embargos de armas, así como mecanismos contra el blanqueo de capitales.

HRW ha recordado que las detenciones se cuentan por cientos en el país y que los cortes de internet para dificultar la organización ciudadana se siguen produciendo, lo que no impide que cientos de miles de personas estén saliendo a la calle a diario.

"El Ejército de Birmania no espera tal estallido popular sobre su golpe y contaban con una respuesta internacional débil y fragmentada" ha asegurado el director de Promoción de causas en Asia de HRW, John Sifton.