Cuenta atrás hacia las urnas en Países Bajos en un escenario de polarización

Países Bajos activa el cronómetro hacia las elecciones en las se elegirá a su futuro Gabinete, en el escenario político más fragmentado desde la Segunda Guerra Mundial, con 37 partidos políticos buscando un hueco en el Parlamento, y con caras conocidas del actual Ejecutivo en funciones aspirando a gobernar.

    Este jueves, las calles de Países Bajos han amanecido empapeladas con carteles que recogen los eslogan de cada partido. En las valla publicitaria no caben todos los grupos que se han registrado para los comicios, se priorizan rostros familiares, como el liberal Mark Rutte, el ultraderechista Geert Wilders, el democristiano Wopke Hoekstra (ministro de Finanzas), o la progresista Sigrid Kaag (de Comercio Exterior).

    Los comicios se celebrarán el 15, 16 y 17 de marzo para repartir al electorado y evitar aglomeraciones excesivas en los colegios electorales, aunque el equipo de gestión de la pandemia (OMT) -que asesora al gobierno- y varios alcaldes sugieren posponer los comicios por temores a las nuevas mutaciones. La ministra en funciones Kajsa Ollongren, respaldada por el primer ministro, cree que los comicios pueden celebrarse porque se han tomado suficientes medidas para garantizar el proceso y proteger votantes y empleados. Los mayores de 70 años pueden votar por correo.

Toque de queda

    Es posible posponer las elecciones, pero la decisión requiere un cambio legislativo que debería tomarse como máximo la primera semana de marzo, que coincide con la fecha en la que se espera relajar las restricciones del confinamiento, incluido el cierre de la actividad no esencial y un toque de queda entre las 21.00 hora local (20.00 GMT) y las 4.30 (3.30 GMT). Esta última medida ha irrumpido de lleno en la campaña electoral. Es una limitación a la libertad ciudadana poco popular en Países Bajos que Rutte ha tratado de evitar. Al final, se introdujo el 23 de enero, como primera restricción a la movilidad en toda la pandemia.

Un grupo negacionista desafió la medida en los tribunales: un juez ordenó la suspensión inmediata del toque de queda el martes, el Gobierno logró frenarla hasta el viernes, cuando una Corte estudiará el recurso para determinar si la medida se justifica en una ley de emergencia reservada para situaciones como un desastre natural o la ruptura de un dique. El Parlamento neerlandés respaldó este jueves una norma elaborada a contrarreloj por el Ejecutivo que busca dar base legal al toque de queda, en caso de que los tribunales tumben la restricción. El Senado aún debe debatir esta ley, también mañana.

Solo habrá gobierno de coalición

    Como ha ocurrido en Países Bajos desde la posguerra, ningún partido ha obtenido mayoría suficiente para gobernar en solitario, por lo que el ganador en marzo tendrá que negociar una coalición. El Ejecutivo en funciones actual está formado por cuatro partidos: los liberales (VVD), los progresistas (D66), Llamada Democristiana (CDA) y Unión Cristiana (CU).

    Rutte volverá a liderar el VVD, por cuarta vez desde 2010, y buscará la reelección como primer ministro. Las últimas encuestas le dan 38 escaños (ahora tiene 33) y a sus socios CDA unos 20 (19), a D66 unos 16 (tiene 19) y 6 para CU, uno más que ahora. De confirmarse, la coalición podría repetir incluso con más estabilidad. Los socialdemócratas PvdA, que sufrieron un castigo en las urnas en 2017 por respaldar la austeridad en coalición con los liberales, lograrían remontar ligeramente, de los 9 actuales a 12 escaños, aunque siguen lejos de la popularidad que tenían en 2012 con 29 diputados.

    Los socialistas SP perderían 4 escaños, quedándose con 10, seguidos de la izquierda verde, que perdería 3 para quedarse con 11. Detrás, va el partido animalista PvdD (7), 50PLUS (1), el calvinista ortodoxo SGP (2), el promigratorio DENK (2), el ultraderechista Foro para la Democracia FvD (3) y su escisión, JA21, que entraría con un escaño. El Parlamento de La Haya se dividiría entre 14 de los 37 partidos que aspiran a entrar, según las encuestas.

La ultraderecha, a la oposición

    El Partido por la Libertad (PVV), que lidera el ultraderechista Geert Wilders, se mantiene como el segundo partido más grande del Parlamento, con un programa euroescéptico y antimigratorio, basado en la supuesta amenaza del islam a los valores neerlandeses y de Bruselas a los impuestos de los votantes neerlandeses. Según las previsiones, obtendría hasta dos escaños más, 22 de los 150 diputados que tiene el Congreso, pero solo liderará la oposición, ante el escepticismo de los grandes partidos a formar coalición con él, aunque todavía no lo han descartado rotundamente.

    “El PVV intenta ser la voz de problemas de los empresarios que llevan tiempo cerrados, y de los que tienen importantes problemas financieros. Busca apoyo en cuestiones de ley y orden, inmigración, y seguramente sea el ganador en la ultraderecha”, según Sophie van Leeuwen, coautora de “Stilte op het Binnenhof”, un libro político del inicio de la pandemia en Países Bajos.

    El otro partido de ultraderecha es FvD, de Thierry Baudet. Tras arrasar en las regionales de 2019, ocupando 12 de los 75 escaños del Senado neerlandés, los mismos que los liberales de Rutte, arrebató a la coalición la mayoría en esa Cámara, pero su popularidad ha caído en picado durante la pandemia. Para Van Leeuwen, el FvD podría obtener “un par de escaños más, pero se ha convertido en demasiado extrema derecha para los votantes de esta ideología”.

    Durante las últimas semanas, se han filtrado varios mensajes enviados por Baudet con contenido xenófobo, mensajes que Rutte calificó de “repugnantes, homófobos y racistas”, y descartó la posibilidad de gobernar con FvD, de ganar las elecciones.