En un momento en el que los conservadores británicos pierden puntos en los sondeos, Boris Johnson ha presentado un plan para endurecer la mano contra la delincuencia, iniciativa siempre bienvenida entre sus votantes. El primer ministro del Reino Unido promete aumentar la confianza del público en el sistema de justicia, “reducir delitos, menos víctimas y una sociedad más segura”.

La oposición laborista acusa al gobierno de tratar de “arreglar problemas que el mismo ha creado”. La Federación de la Policía, cuyos oficiales, enfrentados con la ministra de Interior, Priti Patel, están furiosos por la congelación del sueldo, piden “menos falacias y más inversiones”. En una carta dirigida al 'premier' los oficiales señalan que no necesitan “viejas ideas presentadas como nuevas, lo que necesitamos son inversiones genuinas en todo el sistema de justicia penal”.

El gobierno quiere controlar con pulseras electrónicas a un mayor número de ladrones y asaltantes de viviendas cuando salgan de la cárcel, a fin de seguir sus movimientos vía satélite, 24 horas al día, y saber si se hallaban en el lugar en el que se ha cometido un nuevo robo. Se aumentarán los poderes de la policía para cachear en la calle a viandantes que consideren sospechosos de portar armas blancas. La técnica, muy controvertida por ser infinitamente superior el número de jóvenes de color interpelados, ha creado tensiones y acusaciones de discriminación y racismo, lo que llevó a la exprimera ministra, Theresa May, a imponer restricciones sobre su uso, que ahora se levantan.

Humillación pública

Una de las medidas más llamativas es la de proporcionar a cada vecindario en Inglaterra y Gales el nombre de un policía asignado a la zona, de manera que cualquiera pueda contactarle directamente.

El gobierno también pretende que detenidos por ofensas menores realicen tareas comunitarias, como limpiar las calles o recoger basura, “con distintivos visibles y públicos dejando claro que están pagando por sus delitos”, para unir al castigo, humillación.

Se ampliará el uso de controles de alcohol (sobriety tags) para disuadir de volver a consumirlo a los que cometieron delitos relacionados con la bebida. También aumentará la lucha contra las bandas de traficantes de drogas, expandiendo las áreas de vigilancia y aumentando las ofertas de ayuda a los adictos.

Sin aumento de sueldo en 20 años

Coincidiendo con las propuestas, el Comité de Justicia del Parlamento recordó al gobierno que hace falta dotar de fondos el sistema judicial. En un informe señala que los recortes en ayuda legal están poniendo en peligro el principio de igualdad para todos en los tribunales, debido a la disminución de la calidad de los abogados. A estos letrados, que representa a los acusados que no pueden pagarse un abogado, no les han aumentado el sueldo en los últimos 20 años.