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Los negocios y encuentros secretos de 'Johnson and Friends'

Donantes de élite del Partido Conservador tienen acceso a reuniones mensuales anónimas con el primer ministro y el responsable de Finanzas, Rishi Sunak

El primer ministro británico, Boris Johnson.

El Partido Conservador británico tiene donantes muy generosos. Magnates y empresarios desembolsando 250.000 libras (294.000 euros) al año en las arcas de la formación que gobierna el país. Los benefactores son en muchos casos anónimos. El cuarto de millón les permite formar parte de un club secreto -con acceso directo y regular al primer ministro Boris Johnson y al responsable de Finanzas, Rishi Sunak- cuya existencia ha desvelado el 'Financial Times'. Se llevan a cabo reuniones de las que no queda constancia alguna. Un turbio enredo de negocios y política que en la actual Administración está alcanzando niveles que ponen en duda la integridad del sistema democrático británico.  

Un club secreto de élite 

El Advisory Board (Consejo Asesor) es un grupo que no figura en el organigrama oficial del Partido Conservador, ni existe oficialmente. Se trata de un club de élite dirigido por el vicepresidente de los ‘Tories’, Ben Elliot, exalumno de Eton como el primer ministro, y sobrino de Camilla, duquesa de Cornualles, esposa del futuro rey.

Elliot, de 45 años, está increíblemente bien relacionado con multimillonarios internacionales gracias a su empresa Quintessentially, dedicada a servir los caprichos más extravagantes y exclusivos de jeques, oligarcas rusos o estrellas del rock. El de Elliot fue el primer nombramiento de Johnson tras ganar las elecciones en el 2019. En sus manos puso oficialmente la financiación del partido y con él los ingresos se han disparado. Contrariamente a Johnson, siempre con problemas de dinero, Elliot es un genio a la hora de recaudar fondos.

Algunos de los grandes donantes, con aportaciones de 100.000 libras o más, son propietarios de empresas inmobiliarias, un sector que habría desembolsado al menos 17,9 millones al Partido Conservador desde que Johnson se puso al frente del Gobierno. El primer ministro tiene en su programa acabar con las limitaciones de normas y permisos actuales de planificación territorial para facilitar la construcción de muchas más viviendas en Inglaterra, algo que puede chocar con sus pretensiones de líder medioambiental.

Cena con el príncipe

Antes incluso de su nombramiento oficial, Elliot ya recaudaba fondos para el Partido Conservador. En el año previo al triunfo electoral de Johnson en el 2019, los espléndidos donativos alcanzaron la cifra récord de 37.4 millones de librastres veces más que el Partido Laborista. Johnson ya mira a la próxima elección y confía en Elliot para mantener la maquinaria bien engrasada con el objetivo de volver a ganar en el 2023 presumiblemente.

Lo sabido apunta a que el gran recaudador está utilizando su negocio privado, Quintessentially, para ofrecer no sólo servicios inimaginables a los que han amasado enormes fortunas, sino también la llave para acceder a lo más selecto de las élites británicas, incluida la realeza. El multimillonario Mohamed Amersi, con negocios vinculados a Rusia, ha donado un total de 750.000 libras a los ‘tories’ desde el 2017. Gracias a Elliot, Amersi fue invitado a una cena con el tío de éste, el príncipe Carlos, después de llevar pagando durante varios años una cuota anual de 15.000 libras por pertenecer a Quintessentially. Más tarde Amersi realizó donaciones a organizaciones caritativas del heredero e incluyó llegó a dirigir una de ellas. “Tienes acceso, tienes invitaciones, tienes relaciones privilegiadas, si eres parte del montaje y cuando haces contribuciones financieras para formar parte del montaje” ha declarado al 'The Sunday Times'.

Amiguismo y corrupción

Anneliese Dodds, presidenta del partido Laborista lamenta que “en la manera en que Boris Johnson y sus amigos manejan sus negocios cuenta menos si es lo correcto, y más si pueden salirse con la suya”. El 'Financial Times' se preguntaba en un editorial si “la democracia en el Reino Unido está a la venta”. De los encuentros mensuales del Advisory Board no queda constancia de lo que se discute, ni con quién. Lo que está claro es que un grupo privilegiado tiene acceso directo al Gobierno británico y eso “aumenta la percepción de amiguismo y corrupción”.

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