El pasado 16 de agosto fallecía en la UCI de un hospital de Texas (EEUU) Lydia Rodríguez por covid-19. Lo hacía dos semanas después y en el mismo centro sanitario donde también murió su marido Lawrence a consecuencia de la misma enfermedad.
El matrimonio, con cuatro hijos, había manifestado públicamente su rechazo a la vacuna contra el coronavirus, y después de participar en un campamento organizado por su iglesia, los Rodríguez y otros miembros de su familia dieron positivo en las pruebas de covid.
El 'Washington Post' cuenta que fue entonces cuando Lydia pidió al médico la vacuna, pero este le explicó que ya no podía suministrársela. A los pocos días la mujer ya estaba hospitalizada e intubada, como Lawrence.
Sin opciones de curarse, Lydia llamó por teléfono a su hermana Dottie Jones para hacerle prometer que sus cuatro hijos, hoy huérfanos, se vacunarían contra el covid.
Los Rodríguez se encuentran entre las decenas de millones de estadounidenses que aún no han recibido al menos la primera dosis de la vacuna, a pesar de que en EEUU está disponible de forma gratuita para cualquier ciudadano mayor de 12 años.