Irmgard F., exsecretaria de un campo de concentración nazi de 96 años, ha sido detenida este jueves y puesta a disposición judicial para enfrentarse a un juicio como cómplice de más de 11.000 asesinatos entre junio de 1943 y abril de 1945, después de no haberse presentado ante el tribunal horas antes.

El Tribunal Regional de Itzehoe, en el norte de Alemania, había emitido una orden de búsqueda y captura contra Irmgard F., después de que esta saliera de su domicilio con destino desconocido, según ha informado la portavoz del tribunal.

"Tomó un taxi", ha puntualizado, antes de explicar que la anciana se dirigió a una estación de metro en Norderstedt, en las afueras de la ciudad de Hamburgo.

Tres horas después del inicio previsto de la vista, el tribunal seguía sin tener conocimiento del paradero de la mujer, lo que ha provocado el aplazamiento inicial del juicio.

"Esto demuestra un increíble desprecio por el Estado de Derecho y también por los supervivientes", ha valorado el vicepresidente del Comité Internacional de Auschwitz, Christoph Heubner.

La Fiscalía acusa a la exsecretaria, que se desempeñó como taquígrafa y mecanógrafa en la oficina del comandante del campo de concentración de Stutthof --cerca de la ciudad polaca de Gdansk--, de ayudar a los responsables del campo en el asesinato sistemático de más de 11.000 prisioneros entre junio de 1943 y abril de 1945.

Más de 50 periodistas y asistentes, así como 12 representantes de los 30 demandantes, los abogados defensores y otras personas implicadas en el juicio esperaban en la sala de vistas instalada en una nave industrial. Estaba previsto que el juicio comenzara con la lectura del acta de acusación.

De acuerdo a una información de la cadena pública ARD del año pasado, la acusada ya fue interrogada varias veces como testigo. En 1954, declaró que toda la correspondencia con la Oficina Económica y Administrativa Central de las SS había pasado por su mesa. El comandante del campo Paul Werner Hoppe le dictaba todos los días cartas y mensajes de radio.

Sin embargo, también sostuvo que en ningún momento supo nada de los asesinatos de miles personas ocurridos durante su tiempo de servicio como secretaria.

Según la Oficina Central encargada de la investigación de los crímenes nazis, unas 65.000 personas murieron en el campo de concentración alemán de Stutthof y sus instalaciones aledañas, así como en las llamadas marchas de la muerte organizadas allí al final de la Segunda Guerra Mundial.