Aún clavada en la pared permanece una de las flechas empleadas en la masacre. Sobre las seis y media de la tarde la policía recibía una gran cantidad de llamadas. Alertaban que un hombre, armado con arco y flechas, se paseaba a sus anchas por en el centro de Konsberg. Primero irrumpió en un supermercado, disparando indiscriminadamente contra todo el que se cruzaba a su paso. Luego salió a la calle y siguió sembrando el pánico. Una matanza que ha acabado con la vida de cinco personas y ha dejado a dos heridas, en cuidados intensivos. Uno de los heridos es un policía que se encontraba fuera de servicio y que estaba en la tienda cuando ocurrió el ataque. Los agentes tuvieron que disparar al aire hasta que consiguieron detener al atacante. Un helicóptero aterrizaba en la zona junto a un equipo especializado en artefactos explosivos. Y es que, aunque el agresor aún no ha sido interrogado, no se descarta el móvil terrorista. La sombra de un atentado vuelve a planear sobre Noruega, justo cuando se cumplen 10 años del peor ataque de su historia. Ocurría en 2011. Anders Breivik detonaba una furgoneta bomba en la capital y perpetraba un tiroteo en la isla de Utoya. Mató a 77 personas en total, la mayoría, adolescentes.