Colin Powell, el hombre que en febrero de 2003 se encargó de presentar al mundo en Naciones Unidas la información falsa con la que la Administración de George Bush buscó sin éxito el apoyo internacional para lanzar la guerra de Irak, ha fallecido a los 84 años a causa de complicaciones de Covid 19.

La familia del que fue el primer secretario de Estado negro de Estados Unidos, que había recibido la pauta completa de vacunación, ha informado en Facebook de su muerte.

Powell sabía, y lo que escribió en un libro de memorias que publicó en 2012, que aquel momento infame en la ONU ganaría “un párrafo prominente" en su obituario. No es para menos. Porque fue él, un condecorado general que contaba con elevados índices de aprobación y credibilidad en EEUU, quien aquel día acudió al Consejo de Seguridad cargado con pruebas falsas y aseguró: “No puede haber duda de que Saddam Hussein tiene armas biológicas y la capacidad de producir rápidamente muchas, muchas más”.

Era una acusación falsa, como la de que Irak estaba desarrollando armas nucleares, construida con documentos también falsos sobre supuestas ventas de uranio de Niger, y Powell no logró convencer a los miembros del Consejo de Seguridad para respaldar a Washington pero sí ayudó a mover a la opinión pública estadounidense a favor de una guerra que Bush lanzó seis semanas después. La CIA reconoció públicamente en un análisis en 2004 que Hussein había destruido sus últimas armas de destrucción masiva una década antes.

"Una mancha"

Powell, que dejó la Administración Bush en 2005, mostró en repetidas ocasiones su lamento por aquel episodio en el que, como aseguró en una entrevista en CNN en 2010, presentó “información equivocada”. “Estoy enfadado sobre todo conmigo mismo por no haber olido el problema”, escribió en sus memorias de 2012. “Mis instintos me fallaron. No fue de ningún modo mi primer fallo pero fue uno de los más trascendentales, el que tuvo un impacto mayor”.

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Muere Colin Powell a los 84 años Agencias

Esa “mancha”, como Powell tildaba ese episodio, emborrona el historial de este neoyorquino nacido en Harlem en una familia de inmigrantes de Jamaica que, tras entrar en el Ejército en 1958, servir en Vietnam e ir luego escalando en el ejército y en Washington, en 1987, en la presidencia de Ronald Reagan, se convirtió en el primer asesor de seguridad nacional negro en EEUU. Dos años más tarde, con George Bush padre en la Casa Blanca, también marcó un hito al ser el más joven y primer negro presidente del Estado Mayor de la Defensa.

Fue en esa época, y especialmente tras la primera Guerra del Golfo, cuando se disparó la popularidad de Powell, que llegó a contar con índices de aprobación del 71% y a ser visto con el potencial de convertirse en el primer presidente negro de EEUU, aunque rehusó presentarse en 1996, tres años después de dejar el Ejército como un general de cuatro estrellas, y también descartó una candidatura en el año 2000.

Alejamiento del Partido Republicano

Con los años fue desilusionándose con el Partido Republicano y dio su apoyo a Barack Obama tanto en 2008 como en 2012. También respaldo en 2016 a Hillary Clinton y el año pasado a Joe Biden frente a Donald Trump, al que llegó a definir como “una vergüenza nacional y un paria internacional” y al que después acusó por “haberse alejado de la Constitución”. Frecuente y contundente crítico de la deriva de la formación conservadora, tras el asalto al Capitolio el 6 de enero Powell se distanció completamente de la formación. “Ya no me puedo considerar un republicano”, dijo. “Soy un ciudadano que ha votado republicano y ha votado demócrata. Ahora solo miro mi país y no me preocupo por los partidos”.

Tras abandonar el Departamento de Estado Powell, que estaba casado desde 1962 y tenía tres hijos y que recibió numerosas condecoraciones tanto en el Ejército como civiles, incluyendo una medalla del Congreso y dos medallas presidenciales de la libertad, entró en una firma de inversiones y se convirtió también en conferenciante y frecuente comentarista político.