Las encuestas realizadas tras la crisis política abierta en Portugal que ha provocado un adelanto electoral para el 30 de enero concluyen que el Gobierno pasará por una nueva 'geringonça' donde el Partido Socialista (PS) necesitará de las fuerzas de izquierdas para gobernar, como ya ocurrió en 2015 y 2019.

El último sondeo, realizado por la Universidad Católica Portuguesa entre el 29 de octubre y el 4 de noviembre, concluye que el PS lograría el respaldo del 39% de los votantes, por lo que subiría 2,7 puntos con respecto a los comicios de 2019.

La segunda fuerza más votada sería el PSD (centroderecha), que alcanzaría el 30%, frente al 27,7% de las pasadas elecciones.

El Bloque Izquierda (BE) se dejaría dos puntos y medio en los próximos comicios y lograría el 7%, mientras que la coalición CDU del Partido Comunista y Los Verdes lograría el 5 % (1,3 puntos menos que en 2019).

De esta manera, el PS podría gobernar con el apoyo del BE y CDU, ya que alcanzarían el 51%.

El 66% de los participantes en la encuesta considera que tras las elecciones del 30 de enero no habrá una mayoría estable.

Crisis interna del PSD

El PSD está inmerso en una crisis interna de poder entre su actual presidente, Rui Rio, y lal eurodiputado Paula Rangel.

Ambos pugnan por hacerse con el mando del partido en las primarias que, a priori, se celebrarán el próximo 4 de diciembre, donde se decidirá el candidato.

En el día de hoy, el PSD celebra un Consejo Nacional en la ciudad de Aveiro en el que abordarán si mantienen o adelantan las primarias para preparar las elecciones legislativas del 30 de enero.

En el sondeo de la Universidad Católica, el 43 % consideró que el mejor líder del PSD es Rui Rio, frente a un 32 % que optó por Rangel.

El sondeo fue realizado sobre una muestra de 878 residentes en Portugal.