La candidata socialista Anne Hidalgo, cuya campaña para las presidenciales francesas está inmersa en un mar de dudas, recibió este viernes el apoyo de dos pesos pesados de la socialdemocracia resurgida en el sur de Europa. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el portugués Antonio Costa compartieron un coloquio con la alcaldesa de París.

“Madame la presidenta”, dijo el primer ministro luso para saludar a Hidalgo. “Necesitamos una Francia progresista en el seno del Consejo Europeo. Con Anne como presidenta de la República francesa lograremos que Francia y el Consejo Europeo avancen”, aseguró, por su lado, Sánchez —cuya amistad con Hidalgo es de sobras conocida— en un debate entre los tres, que cerró un acto organizado esta tarde por el Partido Socialista Europeo en el Barrio Latino de París sobre la “gran transformación” social-ecologista.

“Es una suerte poder estar al lado de estos dos presidentes europeos, de los que me he inspirado mucho”, afirmó la socialista francesa en el inicio de su intervención, en que destacó que “las soluciones están del lado de la socialdemocracia”. La alcaldesa de París defendió que el puntal de ejecutivos socialdemócratas, como el de España, Portugal, Dinamarca y “pronto Alemania”, es su “metodología de no decidir solos”. “Es importante hablar con los sindicatos, con los bancos, con la ciudadanía. Es importante hablar con todo el mundo”, defendió en un discurso en inglés Sánchez, que también participó este viernes en París en una cumbre internacional sobre Libia y en el acto del 75º aniversario de la UNESCO.

Para impulsar una transición ecológica socialmente justa, el tema central del debate, Costa pidió que “nunca se olviden los errores cometidos hace diez años” en la gestión europea de la crisis de 2008. “Para afrontar esta gran transformación, necesitamos grandes inversiones” a nivel continental, añadió el dirigente portugués, quien para ello reivindicó que los socialdemócratas deben aumentar su presencia en el Consejo Europeo. Por ejemplo, con la posibilidad, que ahora parece remota, de una presidencia socialista en Francia.

Hidalgo empieza con mal pie su campaña

España, Portugal, Suecia, Dinamarca y más recientemente Noruega y Alemania. Empieza a ser larga la lista de países europeos con gobiernos de centro-izquierda, algo destacable tras años en que corrieron ríos de tinta sobre la crisis de la socialdemocracia. ¿Esta tendencia podría reproducirse en Francia? No lo parece. La situación de los socialistas franceses se parece más bien a la del Pasok en Grecia, donde no levanta cabeza, que a la de sus socios ibéricos.

Tras haber oficializado en septiembre su candidatura a los comicios de abril de 2022, la campaña de Hidalgo se ha visto marcado por una serie de errores de comunicación y una dinámica letárgica. Su libro Une femme française, que debía acompañar el lanzamiento de su carrera hacia el Elíseo, resultó un fracaso en las librerías.

Según un sondeo reciente del instituto Elabe, la socialista obtendría solo el 4,5% de los votos, es decir, por debajo del umbral del 5% que permite que el Estado francés pague los gastos de campaña. Y también quedaría por detrás de los otros principales candidatos de la debilitada y dividida gauche: el insumiso Jean-Luc Mélenchon (9%) y el verde Yannick Jadot (7%). Aún faltan más de cinco meses para las presidenciales y los sondeos se deben coger con pizas. Y si Hidalgo quiere conservar la esperanza, puede hacerlo recordando las circunstancias poco habituales con que Sánchez o Costa llegaron al poder.