El ministro israelí de Defensa, Benny Gantz, tiene previsto llegar este miércoles a Rabat para reunirse con su homólogo marroquí y fijar las bases de la futura cooperación en materia de defensa. Este encuentro es un paso más en la nueva etapa abierta entre ambos países después de que Marruecos decidiera normalizar relaciones con Israel a finales del año pasado como contrapartida al reconocimiento de Estados Unidos de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.

El acercamiento Rabat-Tel Aviv ha sacudido la región y ha tensionado las relaciones con Argelia. Actualmente los dos países vecinos atraviesan una crisis diplomática agravada por el conflicto en la antigua colonia española. 

Gantz es el segundo alto representante israelí que visita Rabat en poco más de tres meses. Uno de los temas centrales en su encuentro con Abdellatif Loudiyi, su homólogo de Defensa, será la posible fabricación conjunta de aviones no tripulados y equipos de defensa, según ha publicado Defense News.

Acercamiento entre estados

Durante los dos días de visita, también está previsto que Gantz se reúna con Nasser Bourita, Ministro de Asuntos Exteriores, una de las figuras de mayor peso en el Gobierno marroquí y uno de artífices del acercamiento entre ambos estados. 

En diciembre del año pasado, Marruecos dio el paso de restablecer relaciones con Israel como moneda de cambio al reconocimiento de Donald Trump de la soberanía marroquí del Sáhara Occidental poco antes de abandonar la Casa Blanca. Este nuevo puente diplomático entre Rabat y Tel Aviv se escenificó con la visita que en agosto realizó a Marruecos el jefe de la diplomacia israelí, Yaïr Lapid, un encuentro que se definió de "histórico".

Una amenaza para Argelia

Este acercamiento ha provocado el enfado de la otra gran potencia del Magreb. "Argelia no quiere tener a Israel a su retaguardia", defiende Rafael Bustos, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Complutense de Madrid. 

"Las relaciones entre Marruecos e Israel son buenas, Marruecos siempre ha mantenido una posición mediadora en Oriente Medio", defiende el experto, además apunta que "hace años que existe una colaboración militar y en materia de seguridad entre ambos países". Sobre el impacto que van a tener los futuros acuerdos que firmen, Bustos considera que "todavía es pronto para saber cuál va a ser el efecto global".

Las autoridades argelinas decidieron el pasado mes de agosto romper relaciones diplomáticas con Marruecos y cerrar su espacio aéreo para todo avión marroquí militar o comercial. Argelia también ha acusado a su vecino de espiar los móviles de funcionarios y ciudadanos argelinos gracias al programa de espionaje israelí Pegasus, una práctica denunciaron las organizaciones Forbidden Stories y Amnistía Internacional. 

A principios de noviembre la tensión entre vecinos aumentó cuando Argel acusó a Rabat de bombardear y matar a tres conductores argelinos que circulaban con sus camiones por el Sáhara Occidental camino a su país.  

El Polisario denuncia ataques con drones

El Frente Polisario ha denunciado que Marruecos está utilizando drones para atacar las zonas del Sáhara Occidental que están bajo su control. Según han declarado, el Ejército marroquí realizó la semana pasada dos ataques con aviones no tripulados en la franja que el Polisario denomina "zonas liberadas" (al este del muro que divide este territorio) en la murieron 11 civiles saharauis.

La tensión en esta antigua colonia española estalló hace un año cuando Marruecos movilizó a su ejército para desalojar una protesta saharaui que durante varios días cortó la carretera que une el Sáhara Occidental con Mauritania. Los manifestantes protestaban contra la "explotación de recursos naturales" que Marruecos hace de este territorio, que califican de "ocupado".

El Frente Polisario, aliado histórico de Argelia, consideró la acción de las fuerzas armadas marroquís una ruptura del alto al fuego que firmaron ambas partes en 1991 y declaró la guerra. Desde ese momento los independentistas saharauis informan casi a diario de ataques que realizan contra el muro levantado por Marruecos. Rabat, por su parte, guarda silencio y no ha confirmado en ningún momento estas informaciones. Un conflicto marcado por la falta de fuentes independientes sobre el terreno y en la que gran parte de la información llega a través de canales oficiales o de propaganda.