"Tragédie au large de Calais", "Death in the Channel". El naufragio en el canal de la Mancha que acabó el miércoles con la vida de al menos 27 migrantes sacudió este jueves las portadas de la prensa francesa y la británica. Londres y París entablaron conversaciones urgentes en un clima de reproches y acusaciones mutuas para dar con alguna solución efectiva a un problema que lleva ahí desde hace años. El presidente francés, Emmanuel Macron, requirió también mayor cooperación de la Unión Europea, con "un refuerzo inmediato de los medios de Frontex en las fronteras exteriores de la UE", para impedir que los migrantes lleguen a Francia, "un país de tránsito", recordó. La crisis se agudiza en un momento de pésimas relaciones entre el Gobierno francés y el británico por la migración y otras causas derivadas del Brexit, como el conflicto pesquero. Una atmósfera que no ayuda a mejorar la cooperación en la lucha contra las bandas organizadas de traficantes.

El primer ministro, Boris Johnson, propuso una vez más el desplazamiento de fuerzas británicas a suelo y aguas francesas para participar en patrullas de vigilancia conjuntas. El presidente galo rechaza esa intervención foránea que vulneraría la soberanía nacional. En la conversación telefónica que ambos mantuvieron horas después del mortal suceso, Macron hizo hincapié en la "responsabilidad mutua" de Francia y Reino Unido en esta crisis y pidió a Johnson que no se "instrumentalice una situación dramática con fines políticos". Johnson le respondió que lo hecho por Francia hasta ahora para impedir el tráfico de embarcaciones ilegales "no basta".

La mayor pérdida de vidas humanas

El último incidente en una de las vías marítimas más transitadas del mundo es la mayor pérdida de vidas humanas desde que comenzó el incremento en el uso de esa ruta por los traficantes de migrantes irregulares. Las autoridades francesas trataban el jueves de identificar los cadáveres recuperados de 17 hombres, siete mujeres, dos chicos adolescentes y una niña. Su patera se hundió después de partir de las playas próximas a Dunkerque rumbo a Inglaterra. Una de las fallecidas estaba embarazada. Las autoridades francesas han detenido a cinco personas por su presunta responsabilidad en la tragedia.

La tarea de conocer el origen de los ahogados es complicada dado que la mayoría de los que emprenden la peligrosa travesía no llevan documentación encima. Los dos hombres que lograron ser rescatados de las gélidas aguas del canal de la Mancha, un somalí y un iraquí, se hallan hospitalizados en estado crítico. A pesar de la tragedia, el frio reinante y unas aguas agitadas por fuertes vientos, a primera hora del jueves nuevas lanchas con demandantes de asilo llegaron a Dover.

Vigilar 150 kilómetros de costa

"A esta gente la explotan en la ruta hacia Inglaterra. Desgraciadamente esto viene ocurriendo cada día durante los últimos 20 años", declaró el ministro de Interior francés, Gérald Darmanin, quien dio a entender que gran parte de la responsabilidad recaía en el Reino Unido por no expulsar con más diligencia a los migrantes ilegales que consiguen llegar a su territorio. Estos perciben además el mercado laboral británico como más accesible para los que no tienen los papeles en regla, según Darmanin, quien también conversó por teléfono con su homóloga británica, Priti Patel.

Las travesías de migrantes irregulares llevan creando tensiones entre Francia y el Reino Unido desde hace mucho tiempo. La situación se ha agravado significativamente los últimos tres años. El aumento de controles en los camiones que cruzan la frontera desde el continente (la vía más habitual de entrada clandestina al país) y la caída del tránsito por carretera debido a la pandemia ha desviado en parte la ruta clandestina tradicional a las aguas del canal de la Mancha. El Reino Unido ha financiado desde el año 2020 con millones de libras el refuerzo de patrullas francesas en las playas del norte, pero los británicos se quejan de que sus vecinos no hacen lo suficiente. Desde aquella fecha Francia ha interceptado 18.000 tentativas de cruzar el canal, pero es casi imposible vigilar 150 kilómetros de costa.

El número de personas solicitantes de asilo en el Reino Unido durante un año hasta el pasado septiembre fue de 37.562, un 18% más que el año anterior. A ello han contribuido las pateras cruzando el canal. En 2019 los llegados por este método fueron 1.800. El año siguiente aumentaron a 8.420. Ahora, en lo que va de año, son ya 23.500 los que superaron la travesía.