Hungría celebrará el 3 de abril elecciones legislativas ordinarias en las que el primer ministro, el utranacionalista Viktor Orbán, tratará de mantener la mayoría con la que gobierna desde 2010 frente a una coalición que reúne a toda la oposición, desde la izquierda a la ultraderecha.

El presidente del país, János Áder, fijó la fecha de los comicios, asegurando que es la más temprana en la que pueden celebrarse, según la actual legislación.

La cita coincidirá con un referéndum convocado por el Gobierno sobre una ley aprobada el pasado año que relaciona la homosexualidad con la pederastia, y que ha sido criticada duramente por la Unión Europea.

En dicha consulta, los votantes están llamados a pronunciarse sobre la restricción de contenido LGTBI a menores de edad, con una batería de preguntas que aluden también a la supuesta promoción de los tratamientos de reasignación de género entre niños. El Gobierno ha apelado al derecho de los padres de decidir la educación de los hijos para justificar este tipo de medidas, pese al recelo mostrado desde Bruselas.

El Ejecutivo, que argumenta que la ley sólo pretende proteger a los menores y que no sean adoctrinados con información sobre la homosexualidad o el cambio de sexo, ha hecho de esta ley su nuevo caballo de batalla nacionalista, acusando a la UE de querer inmiscuirse en cómo los padres educan a sus hijos y en los asuntos nacionales.

Orbán gobierna con mayoría de dos tercios desde 2010 (con algunas breves pausas) con la que modificó la Constitución en 2011 y la ley electoral en 2013.

La oposición, que estuvo muy dividida durante una década, ha decidido ahora unir sus fuerzas para intentar vencer a Orbán, con una lista conjunta liderada por el independiente conservador Péter Márki-Zay.

Las encuestas prevén un empate técnico entre el Fidesz, el partido de Orbán, y el bloque opositor, aunque el número de indecisos es de hasta un tercio del electorado.

En las elecciones los casi 8 millones de húngaros con derecho a voto eligen 199 diputados por cuatro años que, una vez reunido el Parlamento, votan al primer ministro y su Gobierno.

Serán las novenas elecciones desde el fin de la dictadura comunista en Hungría y las quintas desde la entrada del país en la Unión Europea.