El Partido Socialista (PS) del primer ministro António Costa ha ganado las elecciones legislativas anticipadas celebradas este domingo en Portugal con una histórica mayoría absoluta, según los resultados oficiales del Ministerio de Administración Interna.

Al contrario de lo que predecían los sondeos, los socialistas han logrado una mayoría holgada con cerca del 42% de los votos al cierre de esta edición, lejos de su principal rival, el conservador Partido Social Demócrata (PSD), que ha conseguido cerca del 30% de los sufragios. Con este resultado, el actual primer ministro podrá renovar su Gobierno hasta 2026 e incluso podría alcanzar una mayoría absoluta que le permita llevar a cabo sus políticas sin depender de sus antiguos socios, el Bloco de Esquerda (BE) y el Partido Comunista Portugués (PCP)

La estrategia de los socialistas de culpar a los partidos de izquierdas del fracaso de los presupuestos ha convencido finalmente a los electores. A pesar de las especulaciones de que Costa estaba cansado tras seis años de Gobierno, el líder del PS ha salido más reforzado que nunca. La mayoría de los portugueses han reconocido a los socialistas el éxito en la gestión de la pandemia -con una de las tasas de vacunación más altas del mundo- y el mantenimiento de unos indicadores socioeconómicos que, a pesar de la crisis sanitaria, se han resentido poco. El país sigue contando con buenas previsiones de crecimiento y el Ejecutivo ha logrado reducir la tasa de desempleo hasta el 6,1%. 

Derrota de la derecha

Por su parte, las expectativas del PSD y de su líder, Rui Rio, han quedado en papel mojado. Hace apenas unos días las encuestas llegaron a dar ventaja a los conservadores por delante del PS, en lo que fue una inyección de confianza en las filas socialdemócratas. A pesar de que el partido consigue mejorar los resultados de 2019, la derrota de este domingo obligará al partido a hacer autocrítica y a decidir el futuro de su líder, quien ya abrió la puerta a su salida en caso de perder las elecciones a pesar de que fue reelegido recientemente en unas primarias celebradas en diciembre. Rio se someterá a la confianza de los militantes, aunque no ha especificado cuándo.

Una parte significativa de los electores de derecha han optado esta vez por Chega, la formación de extrema derecha, que da un salto importante respecto a los resultados de hace dos años, cuando obtuvo un solo diputado en el Parlamento. El líder del partido, André Ventura, ha celebrado los buenos registros de la formación, que al cierre de esta edición superaban el 7% de los votos, aunque ha lamentado otro resultado “menos positivo”, en referencia a la victoria del PS. “Será muy malo para el país que António Costa vuelva a ser primer ministro”, ha asegurado Ventura poco después de conocer las previsiones de los primeros sondeos a pie de urna. 

Además de Chega, el partido Iniciativa Liberal -que cuenta con una buena acogida entre las clases medias de las grandes ciudades- también ha conseguido mejorar sus resultados, aunque menos de lo que pronosticaban las últimas encuestas, mientras que el histórico partido democristiano Centro Democrático y Social (CDS), que gobernó en coalición con el PSD entre 2011 y 2015, consigue poco más de un 1% de los votos.

Castigo al BE y PCP

Los dos antiguos socios del Gobierno socialista han acabado pagando caro su rechazo a las cuentas. El BE pierde casi la mitad de su fuerza y deja de ser la tercera fuerza política, su principal objetivo durante la campaña. Las demandas en cuanto a la subida del salario mínimo y de las pensiones, así como el refuerzo del Servicio Nacional de Salud, no han convencido a una parte del electorado de la ‘geringonça’. Los comunistas se resienten menos del fracaso de los presupuestos, ya que cuentan con una base de votantes más arraigada que la del BE. Sin embargo, el PCP está sufriendo una lenta pérdida de votos y es posible que Sousa deje paso a un sucesor en un corto plazo de tiempo. 

Mayor participación

La situación de la pandemia y la escasa afluencia a los colegios electorales durante la mañana había puesto grandes dudas sobre los datos de participación. En el colegio Nuno Gonçalves, en el centro de Lisboa, la mayoría de votantes mostraban su preocupación por el poco movimiento de personas, sobre todo de jóvenes. 

Los principales líderes políticos, incluidos Costa y Rio, han insistido una vez más en que todas las condiciones de seguridad estaban garantizadas y han hecho un último llamamiento al voto, especialmente a las cerca de un millón de personas -casi un 10% del electorado- que se encuentran en situación de aislamiento y que han contado con un horario específico para ir a votar, a última hora de la tarde. El voto anticipado, que permitió acudir a las urnas a cerca de 300.000 electores el domingo pasado, y el empuje de los confinados durante las últimas horas del día han permitido mejorar la participación de 2019 en ocho puntos y situarla en el 56%.

Próximos pasos

Con la victoria clara del PS, lo más probable es que el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, designe a Costa como primer ministro tras realizar una ronda las conversaciones con los principales partidos esta semana. Una vez formado el Gobierno, Costa deberá presentar su programa en el Parlamento en un plazo de diez días y contar con el apoyo suficiente para sacarlo adelante. Para lograrlo, basta con que la mayoría de la cámara no vote en contra, algo que ya está garantizado.