La invasión rusa de Ucrania vuelve a dominar este lunes la agenda de los ministros de Exteriores y Defensa de la Unión Europea que se reúnen en Bruselas para hacer balance de la situación militar y de la población civil, discutir la aplicación de nuevas sanciones contra el Kremlin -incluido un embargo a las importaciones energéticas- y el envío de armas en respuesta al bombardeo indiscriminado de Rusia que en los últimos días se ha cebado con la ciudad costera de Mariúpol. "Rusia está cometiendo muchos crímenes de guerra. Hay que decirlo. Lo que está ocurriendo en Mariúpol es un crimen de guerra masivo, destruyendo todo, bombardeando y matando a todos, de forma indiscriminada. La ciudad va a ser completamente destruida y la gente morirá", ha lamentado el alto representante para la política exterior y de seguridad común de la UE, Josep Borrell.

Según el diagnóstico del jefe de la diplomacia europea, la invasión rusa no es solo una guerra sino "la destrucción masiva" del país porque Moscú está utilizando todas sus capacidades militares para atacar civiles, sin ningún tipo de consideración por las leyes internacionales. "Moralmente han perdido cualquier base porque lo que están haciendo está completamente fuera de cualquier tipo de ley, que también rige una guerra. Es la destrucción de gente que está sufriendo increíblemente", ha añadido a su llegada a la reunión, en la que participará el ministro de Exteriores de Moldavia y en la que hablarán con el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov.

El escenario que abre la puerta a nuevas sanciones de la Unión Europea contra el régimen de Vladímir Putin y la aprobación de una partida adicional de 500 millones de euros para suministrar más armas al Gobierno de Volodímir Zelenski. "Seguimos apoyando a Ucrania con todos nuestros recursos y seguiremos viendo qué tipo de sanciones podemos aplicar, qué más podemos hacer, en especial medidas relacionadas con la energía", ha precisado. Sobre la mesa de los Veintisiete vuelve a estar una vez más la posibilidad de imponer un embargo a los productores energéticos procedentes de Rusia. Se trata de una medida que genera resistencias en algunos países de la UE como Alemania por el impacto económico que supondría pero que a juicio de otros socios europeos es necesario adoptar.

Sanciones energéticas

"Hay una sensación en la sala de que nos gustaría tomarnos un respiro porque las primeras 3 o 4 semanas han sido difíciles. Creo que es un mensaje muy negativo para los que luchan en Ucrania", ha advertido el ministro lituano de Exteriores, Gabrielus Landsbergis, que considera "Europa no puede dar la impresión de fatiga cuando la guerra en Ucrania no ha terminado". A su juicio, la UE debe mantener un debate sobre si existen "líneas rojas" -que en su opinión Rusia ya ha cruzado- como podría ser un ataque biológico o químico y ve "inevitable" empezar a discutir sanciones contra el sector energético, particularmente al petróleo ruso porque es la principal "fuente de ingresos al presupuesto ruso y es fácilmente reemplazable para la UE debido a las infraestructuras y múltiples suministradores".

Pese a las resistencias de Berlín, se ha mostrado confiado en que la opinión pública alemana terminará convenciendo al Gobierno de Olaf Scholz de la necesidad de avanzar en esa dirección, una idea que apoyan otros Estados miembros. "Estamos abiertos y pensamos que es apropiado. A la vista de la extensión de la destrucción en Ucrania es muy difícil pensar que no debemos movernos al sector energético, particularmente al petróleo y el carbón, con vistas a interrumpir el comercio", ha dicho el ministro irlandés de Exteriores, Simon Coveney. "Queramos o no, si seguimos recibiendo energía de Rusia seguimos dando financiación a Rusia y esto tiene que terminar. En el caso de Eslovaquia esto es muy difícil porque dependemos en casi un 100% en el petróleo de Rusia y en un 80% en el gas. Políticamente es un paso que debe estar sobre la mesa y espero un debate cuando venga el presidente (de Estados Unidos) Biden", ha explicado el ministro eslovaco Ivan Korcok, partidario también de acelerar el proceso de adhesión de Ucrania a la UE.

Brújula estratégica

Sobre la mesa de los Veintisiete también estará la aprobación de otros 500 millones de euros para suministrar armas a Ucrania. El jefe de la diplomacia europea anunció el nuevo paquete financiero en la pasada cumbre de Versalles aunque previsiblemente no recibirá el aval hasta la cumbre de líderes europeos del 24 y 25 de marzo, dado que la autorización del Parlamento alemán se producirá en vísperas de la cita europea. Pese a este trámite parlamentario, según fuentes diplomáticas europeas "políticamente" hay acuerdo y no hay países que cuestionen la nueva aportación a través de la Facilidad Europea para la Paz.

La reunión de los ministros de Defensa de la UE también servirá este lunes para adoptar la 'brújula estratégica', la hoja de ruta diseñada por los Veintisiete para reforzar sus planes de defensa durante la próxima década. Una estrategia, resultado de dos años de trabajo, cuyo avance ya fue presentado en noviembre pasado y que ha sido retocada en las últimas semanas para tener en cuenta la nueva situación de seguridad creada por la invasión de Rusia y la necesidad de reforzarse ante las nuevas amenazas. 

"El documento (presentado en noviembre) arrancaba diciendo que Europa está en peligro y ahora está más en peligro todavía. Por eso necesitamos este documento. La guerra ha regresado a Europa", sostienen fuentes diplomáticas. El documento, que será avalado posteriormente por los líderes de los Veintisiete en la cumbre de finales de semana, incluye el establecimiento de una fuerza de reacción rápida, a partir de los grupos de combate creados en 2007 pero nunca utilizados, dotada con 5.000 efectivos y capaz de actuar en caso crisis.