El maravilloso paisaje del Mar Rojo ha sido el escenario de un encuentro histórico entre los líderes egipcio, israelí y de los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Esta reunión sin precedentes ha abordado el nuevo panorama geopolítico que la guerra en Ucrania deja en Oriente Próximo. Además, los tres países, aunque su alianza con Estados Unidos es clara, mantienen ciertas tensiones con la Administración Biden ante la ausencia de una condena firme por su parte a la invasión de Rusia. Durante las conversaciones, Egipto, Israel y EAU también han discutido la amenaza creciente de Irán mientras las principales potencias avanzan en el acuerdo nuclear con la república islámica. 

La guerra en Ucrania ha sacudido los mercados de energía y alimentos, afectando a las economías de la región. Por eso, el egipcio Abdelfatá al Sisi, el israelí Naftali Bennett y el emiratí Mohamed bin Zayed al Nahyan han celebrado la construcción de este eje renovado que busca contrarrestar el poder iraní ante la incertidumbre sobre el compromiso de seguridad de Washington. “Vemos claramente el fortalecimiento de un eje que ofrece otra narrativa en Oriente Próximo, que podemos trabajar juntos y cooperar en asuntos económicos y de defensa”, ha defendido el viceministro de Relaciones Exteriores de Israel, Idan Roll, en Radio Kann.

Ante la ofensiva rusa en Ucrania, la Administración Biden ha presionado a los tres países para evitar a Rusia, con quién también tienen lazos. Además, en el caso de EAU, la presión se extiende al plano energético para que suministre más petróleo a un mundo que busca alejarse de la dependencia rusa. Mientras, Estados Unidos y otras cinco potencias mundiales siguen en su empeño de renovar el acuerdo nuclear con Irán. El rival de Israel y Emiratos podría ver pronto el levantamiento de las sanciones internacionales en su contra a cambio de límites en su programa nuclear.

Visita de Asad a Emiratos

Junto a Arabia Saudí, EAU también se ha quejado de la falta de apoyo estadounidense ante los ataques sufridos y vinculados con Irán. La reanudación del acuerdo nuclear parece cada vez más cerca pero está pendiente de una condición. El régimen de los ayatolás exige que Washington deje de designar al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, su vigorosa fuerza militar, como una organización terrorista. Los tres líderes reunidos este martes en el Mar Rojo han insistido a Biden para que no ceda. Temen que retirar la etiqueta de terrorista fortalezca a los grupos respaldados por Irán en toda la región, como Hizbulá en el Líbano o los hutís en Yemen.

“Estamos muy preocupados por la intención de EEUU de ceder ante la escandalosa demanda de Irán”, expresó el lunes el primer ministro israelí. También durante la reunión, han discutido otra fuente de tensión con el Gobierno estadounidense: la lenta rehabilitación regional del dictador Bashar al Asad. El pasado viernes, el presidente de Siria visitó por primera vez desde el inicio de la guerra civil, hace ya 11 años, la capital emiratí donde se reunió con el jeque Mohamed bin Zayed al Nahyan, gobernador de facto del reino.