Entre las muchas preguntas aún sin respuesta sobre cómo y por qué se gestó la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de dar el giro histórico respecto al Sáhara Occidental y reconocer por primera vez el plan autonomista de Marruecos está la de qué papel ha podido desempeñar Estados Unidos en ese viraje, especialmente porque se produjo después de que Wendy Sherman, número 2 del Departamento de Estado estadounidense, mantuviera reuniones en Madrid y Rabat y también en Argelia.

Lo que no plantea ningún interrogante es que Washington, donde la Administración de Joe Biden ha mantenido el reconocimiento a la soberanía marroquí sobre el Sáhara que realizó Donald Trump en diciembre de 2020 y que llevó aparejado el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Marruecos e Israel y un incremento de la cooperación militar entre Washington y Rabat, es un actor fundamental e interesado en los acontecimientos.

Esa certeza se ha ratificado este jueves, cuando se ha anunciado que el jefe de la diplomacia estadounidense, Anthony Blinken, visitará Marruecos y Argelia la semana próxima como parte de un viaje entre el 26 y el 30 que le llevará también a Israel y Gaza.

"Asuntos regionales"

El comunicado del Departamento de Estado no menciona la cuestión del Sáhara directamente. Solo dice que el secretario de Estado se reunirá en el reino alauí con el ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, y otros altos cargos "para intercambiar puntos de vista sobre asuntos regionales y cooperación bilateral, así como para impulsar derechos humanos y libertades fundamentales".

En Argelia, mientras, Blinken mantendrá encuentros con el presidente, Abdelmadjid Tebboune, y el ministro de Exteriores, Ramtane Lamamra. Además de sobre derechos humanos y libertades, hablarán, según el anuncio, "de estabilidad y seguridad regional, cooperación comercial y otras áreas de preocupación mutua".

Sherman ya se reunió el 10 de marzo con Lamamra y en aquella ocasión mostró, según el comunicado que emitió el Departamento de Estado, apoyo a "la diplomacia liderada por la ONU en el Sáhara Occidental". Es un lenguaje similar al que está utilizando España y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, defendió el martes y el miércoles en sesiones en el Senado y el Congreso que España, pese a la nueva posición, sigue "en el marco de la ONU y defendiendo la legalidad internacional".

En Argelia, Blinken participará también en la Feria Internacional de Comercio de Argel, la mayor de su tipo en África, donde EEUU es el país de honor y mantendrá reuniones con representantes empresariales "para abordar la profundización de lazos económicos y promover el comercio y la inversión entre EEUU y Argelia".

El viaje de Blinken acaba el día 30, el mismo día en que Sánchez va a comparecer ante el Congreso para explicar la decisión de respaldar por primera vez el plan autonomista de Marruecos. El giro ha mejorado las relaciones con el reino alauí pero las ha tensado con Argelia y dentro de España ha creado enorme malestar entre los socios y aliados del Gobierno, una tormenta interna en el PSOE y críticas de la oposición.