En la vastedad del desierto saudí reina la calma. Se suceden kilómetros de un naranja arenoso sin apenas un atisbo de civilización. Solo el silencio acompaña al cálido y suave viento. Pero de repente, a lo lejos, aparece un punto blanco en movimiento. Mientras surca las dunas, va levantando una ola de polvo a su paso. Le siguen una treintena más. Son coches 4x4 que irrumpen la paz del desierto sin pedir disculpas. En su interior, al volante, hay 35 parejas de mujeres de todo el mundo. La mitad son saudís. Hace apenas tres años que gozan del derecho a conducir. Ahora se han apoderado del desierto por unos días.

Durante el mes de marzo, Arabia Saudí celebró el Rally Jameel, que significa bello en árabe. “Una competición para todas esas mujeres que tienen sentido de la aventura y coraje”, se anunciaba. En el primer rally de navegación exclusivo para mujeres en Arabia Saudí y en toda la región, las 70 participantes, venidas de 15 países distintos, recorrieron más de 1.000 kilómetros por el desierto en tres días. La competencia dependía de la navegación, los puntos de control y las habilidades de planificación, no de la velocidad. Por ello, la compenetración entre la piloto y copiloto ha sido clave.

“Ha sido una experiencia brutal”, cuenta Dania Akeel a El Periódico de Catalunya, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico. Aunque ya era la primera mujer saudí en participar en una competencia internacional de rally, esta ha sido su primera carrera basada en la navegación. A bordo de un Toyota Land Cruiser GR, Akeel dominó el volante gracias a la ayuda de su copiloto, la española Susana Hernando. Quedaron en décima posición. “Esta competición es importante para dar una plataforma a estas mujeres para expresar su pasión; tenemos mucha suerte de que este evento se haya llevado a cabo”, añade. Aunque todas eran rivales, Akeel se queda con la fortuna de haber podido “conectar con otras mujeres interesadas en este deporte”. 

Derecho a conducir

Esta competición pionera gana relevancia al ser las propias autoridades saudís quiénes la han organizado. Esas mismas autoridades que hasta junio del 2018 encarcelaban a aquellas mujeres que osaban conducir. “Durante los últimos años, ha habido algunas mejoras respecto a los derechos de las mujeres en Arabia Saudí, como el derecho a conducir o a viajar sin la autorización de un familiar varón, y algún avance en el ámbito laboral”, explica Carlos de las Heras, responsable de derechos humanos y deportes de Amnistía Internacional. Pese a estas conquistas, muchas de las activistas que lucharon por el derecho a conducir de las mujeres siguen entre rejas, en libertad condicional o con suspensión de penas.

Tras pasar tres años en prisión, Lujain Al Hazlul, una de las caras visibles de la lucha por el derecho a conducir de las saudís, tiene prohibido salir del país, contactar con medios de comunicación extranjeros o con organizaciones de derechos humanos. Mientras activistas como Al Hazlul son forzadas a abandonar esas campañas –que, de alguna forma, han hecho posible el Rally Jameel–, decenas de participantes de todo el mundo gozan de su obra. Este evento deportivo es parte de la Visión 2030. Con esta estrategia, el príncipe heredero y gobernante de facto, Mohamed Bin Salman, pretende reducir la dependencia del petróleo de la economía saudí. 

Esta competición pionera gana relevancia al ser las propias autoridades saudís quiénes la han organizado. Esas mismas autoridades que hasta junio del 2018, encarcelaban a aquellas mujeres que osaban conducir

Tercer puesto español

“Todas las mujeres en el rally son heroínas”, dijo la ganadora Annie Seel, junto a su copiloto Mikaela Åhlin-Kottulinsky. Esta pareja sueca ocupó el primer puesto en el podio, seguidas por la piloto emiratí Atefa Saleh y su compañera estadounidense Eleanor Cooker. La saudí Maha Al Hamly se hizo con el bronce compartido con su copiloto, la española Pochola Hernández. Pero desde organizaciones como Amnistía, insisten en la importancia de celebrar estos hitos con recelo. “Esto es una estrategia más de las autoridades saudís para blanquear su imagen de cara al exterior”, denuncia De Las Heras a este diario. 

Son muchos los eventos deportivos internacionales celebrados en suelo saudí: la Supercopa de España, la Fórmula 1, el Rally Dakar… Según un informe de la organización Grant Liberty de marzo de 2021, Arabia Saudí ha gastado 1.500 millones de dólares en la celebración de este tipo de citas deportivas de alto perfil. “Los utilizan para ofrecer al mundo exterior una imagen abierta y reformista mientras que la situación de los derechos humanos en el país es bastante complicada”, apunta el representante de Amnistía. “Así, maquillan las violaciones de derechos humanos dentro del reino”, añade.

'Sportswashing' saudí

Esta estrategia es conocida como 'sportswashing' y se basa en el uso del deporte por parte de regímenes opresores para legitimar sus regímenes y distraer la atención de sus abusos contra los derechos humanos. “La compra de grandes clubs como el Newcastle en Inglaterra también es sportswashing”, dice De Las Heras. “Estos síntomas de apertura son una clara estrategia para silenciar a las voces críticas en un régimen donde la libertad de expresión está muy limitada y restringida, sobre todo para las mujeres”, explica a este diario. 

“Todas las mujeres en el rally son heroínas”, dijo la ganadora Annie Seel del equipo sueco formado junto a su copilota Mikaela Åhlin-Kottulinsky

Pero esa sensación de libertad que sienten estas pilotas al volante existe. “Celebrar competiciones como el Rally Jameel tiene un impacto”, recuerda Akeel. Y aunque no sea casualidad que el punto de encuentro para tantas mujeres sea el desierto saudí, es en esa unión de soñadoras venidas de distintos rincones del planeta donde nace algo nuevo. “Eventos así muestran a las generaciones más jóvenes que es posible convertirse en pilota de rally y puede alentarlas a hacer algo que aman”, celebra ella esperanzada.