La confirmación por parte de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) de la apertura de los archivos de las 21 diócesis del país era una de las pocas incógnitas que faltaban por despejar en el proceso de investigación de los abusos a menores en la Iglesia lusa. Una decisión en la que siempre habían confiado los miembros de la comisión independiente, liderada por el psiquiatra Pedro Strecht, y a la que ya habían apuntado hace apenas unas semanas, en la última comparecencia pública del equipo. Ese día, Strecht destacó la buena disposición de gran parte de los obispos, aunque también dejó entrever posibles casos de encubrimiento y una falta de colaboración por parte de algunos de ellos. 

El presidente de la CEP, José Ornelas, se ha encargado de aclarar las observaciones de los miembros de la comisión tras reunirse con ellos esta semana, durante la asamblea plenaria que los obispos han tenido en Fátima y que ha terminado con una nueva muestra de buena voluntad. Ornelas ha recordado que los obispos que todavía no han hablado con la comisión todavía están dentro del plazo para hacerlo y ha tratado de quitar hierro al hecho de que todavía no hayan programado una reunión, algo que se da por hecho que harán en los próximos días. Los obispos han aprovechado el encuentro para pedir perdón a las víctimas una vez más

La apertura de los documentos de las diócesis permitirá la participación de un equipo de historiadores y archivistas de la Universidad del Miño, que se encargará de indagar en los miles de papeles almacenados por la Iglesia lusa desde 1950. El objetivo es complementar las tareas de recogida de testimonios que los miembros de la comisión están realizando desde mediados de enero y ayudar a elaborar el informe con las conclusiones a finales de este año. Por ahora los investigadores han validado 290 casos -de los cuales 16 han sido enviados a la Fiscalía para que sean tratados por la vía judicial- aunque siguen pidiendo la colaboración de la sociedad civil para llegar al máximo de personas posible.