Los rohinyás conmemoraron este jueves el quinto aniversario del 'Día del genocidio', un estallido de violencia del Ejército birmano contra esta minoría que empujó a miles de miembros de esta comunidad en Birmania (Myanmar) al vecino Bangladesh, donde malviven en masificados campamentos.

Entre gritos de protesta y sin que muchos pudieran contener las lágrimas, los refugiados organizaron manifestaciones en varios campamentos para pedir el fin de la crisis humanitaria que viven, que desean que concluya con un retorno seguro y temprano a Birmania.

La ola de represión que comenzó hace cinco años provocó el éxodo de 774.000 rohinyás a Bangladesh, que sumados a otras migraciones anteriores sitúan en cerca de un millón los miembros de esta minoría en los campamentos en Cox's Bazar, en el sureste del país.

"No somos nadie"

"Hoy es el día en que abandonamos casi 300 aldeas, hoy es el día en que miles de rohinyás fueron asesinados, hoy es el día en que miles de mujeres rohinyás fueron violadas", recordó a la multitud en uno de los campamentos el refugiado rohinyá y activista Win Naing.

Desprovistos de ciudadanía y viviendo en campamentos abarrotados, Naing lamentó la evidente pérdida de derechos que sufrieron en el último lustro.

"Nuestros antepasados estudiaron en la universidad de Yangon. Pero hoy no somos nadie en Birmania", recordó.

Los rohinyás exigen un regreso seguro 5 años después de su huida a Bangladesh

En el mismo campamento miles de personas protestaron con pancartas y carteles que pedían el apoyo de la comunidad internacional, o llamaban a la acción a la Corte Penal Internacional, donde su caso ha permanecido en vilo durante años.

Conmemorado como el 'Día del genocidio' por los rohinyás, el profesor Mohammad Selim dijo que las manifestaciones de este año no solo sirvieron para protestar y buscar justicia, sino también para recordar a los más jóvenes sus derechos.

"Para nosotros, todos los días son un 'Día del genocidio'. Sin embargo, estamos celebrando este programa especialmente hoy para recordar a los jóvenes rohinyás qué nos hizo" el Ejército de Myanmar, dijo a Efe.

Es el caso del joven rohinyá Faizul Islam, quien ha pasado cerca de un tercio de su vida lejos de su hogar.

"Birmania es mi país. Quiero volver allí", dijo este joven de unos 15 años.

Vuelta a casa

Sin embargo, el final de la crisis humanitaria no parece estar próximo, especialmente tras el golpe militar de febrero de 2021 en Birmania. Su diario oficialista, por ejemplo, omitió la referencia alguna al estallido de violencia hace cinco años en su territorio.

Hasta en dos ocasiones se intentó iniciar la repatriación de los rohinyás desde Bangladesh, pero ambas fracasaron ante la falta de garantías de ciudadanía o seguridad que proporcionaba Birmania.

Birmania, una cárcel para los rohinyás cinco años después del 'genocidio'.

La muerte en 2021 en uno de los campamentos de Cox's Bazar de uno de los líderes destacados de esta discriminada minoría, Mohammad Mohibullah, supuso también un nuevo obstáculo para su intento de repatriación, según afirmó a Efe el refugiado rohinyá Sonar Ali.

"Era el líder de 1,1 millones de rohinyás. Si estuviera vivo, al menos podríamos haber visto algún progreso en nuestra repatriación", dijo Ali.

Mohibullah murió asesinado de un disparo el 29 de septiembre de 2021, en un ataque que según la familia de la víctima estuvo cometido por la guerrilla del Ejército de Salvación Rohinyá de Arakán, pese a que Bangladesh no reconoce su presencia en su territorio.

El sucesor de Mohibullah al frente de la Sociedad Rohinyá de Arakán para la Paz y los Derechos Humanos, Mohammad Jubair, apuntó en la misma dirección al asegurar que le mataron aquellos en contra de la repatriación de los rohinyás.

"Nos amenazaron fuertemente incluso antes de matar a Mubibullah. Después del asesinato de Mohibullah continuaron con la amenaza, pero el Gobierno nos está brindando protección. Lo mataron por la repatriación. Muchos de ellos son delincuentes, por lo que no pueden volver a Birmania", dijo Jubair.

Respuesta internacional

Con motivo del quinto aniversario del inicio del exilio, las embajadas de varios países con representación en Dacca publicaron hoy una declaración conjunta reclamando el fin de la "cultura de la impunidad" en Birmania y dieron las gracias a Bangladesh "por continuar acogiendo a los refugiados rohinyás".

"Nuestros países han impuesto sanciones contra varias personas responsables de daños y violaciones contra los derechos de los rohinyás. También seguiremos presionando para encontrar una solución a la crisis política y humanitaria en Birmania provocada por el golpe militar en febrero de 2021", señaló el comunicado.

Los países firmantes, entre ellos España y Estados Unidos, explicaron que continuarán trabajando con el Gobierno bangladesí y la ONU "para garantizar que los refugiados rohinyás reciban asistencia humanitaria, protección y educación" y para prepararles para regresar a Birmania "una vez las condiciones lo permitan".