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Comicios en el país transalpino

¿Por qué son cruciales las elecciones en Italia? El posible impacto en la UE en 4 claves

Ni el populismo ni la extrema derecha ni los cambios de Gobierno son algo nuevo en Italia, sino más bien lo contrario

La dirigente del partido de extrema derecha Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, en una manifestación en Milán. /

El Frente del Hombre Cualquiera, que expresaba la insatisfacción de la burguesía ante la clase política, fue uno de los primeros experimentos populistas de la historia reciente de Italia, allá por 1946. Ese mismo año apareció el posfascista Movimiento Social Italiano, progenitor del actual Hermanos de Italia de Giorgia Meloni. Y en los últimos 75 años, el país ha tenido 67 gobiernos, 11 de los cuales se han sucedido tan solo en las últimas dos décadas. 

Sin embargo, hoy es otra historia. Lo es porque nunca antes, desde la caída del fascismo, un partido de extrema derecha como es Hermanos de Italia había crecido tanto en los sondeos, colocándose como el primer partido por intención de voto de cara a las generales del próximo 25 de septiembre. La pandemia, la crisis económica subsecuente y una década de primeros ministros italianos nombrados sin pasar por las urnas han terminado por premiar a esta formación, la única que ha estado fuera de todos los gobiernos en los últimos 10 años.

Un escenario inédito que alarma a las cancillerías de los grandes países europeos y al propio ‘establishment’ italiano. Las razones son múltiples.

  

Tiempos de guerra 

Italia, miembro del G-7 y del G-20, ha sido durante años un puente entre Moscú y el resto de Europa. Sin embargo, con el tecnócrata Mario Draghi como primer ministro, el país cerró filas con el resto de sus aliados, dio un apoyo casi sin fisuras al Gobierno ucraniano y devolvió a Italia un rol significativo en el tablero europeo. Tanto que Roma fue un jugador importante a la hora de promover ante Olaf Scholz, el canciller alemán, y Emmanuel Macronel presidente francés, a Ucrania como país candidato a la entrada en la Unión Europea. Esto permitió a París, Roma y Berlín exhibir unidad ante el conflicto con Rusia

De ahí que en Rusia hayan celebrado la caída de Draghi, quien logró en pocos meses reducir la dependencia de Italia del gas ruso (del 40% al 25%). Un camino, este, cuya continuación ahora se anuncia dudosa por la ausencia de una postura única dentro de la coalición de centroderecha y los flirteos de los dos socios de Meloni —Matteo Salvini, el líder de la Liga, y Silvio Berlusconi, el jefe de Forza Italia— con Moscú

En este sentido, el cambio de guardia puede también realinear los equilibrios de poder en la Unión Europea y frenar la integración entre los países miembros. 

Distinto es el asunto de la posición atlantista de Italia, que la coalición derechista no pone en discusión, como ha subrayado recientemente Nathalie Tocci, directora de Istituto Affari Internazionali. Al contrario, "el anclaje euroatlántico podría incluso reforzarse después de las elecciones", ha opinado Tocci. 

La economía pospandémica

Italia, la tercera economía de la UE, sufrió un colapso económico terrible por la pandemia, se recuperó casi un 7% el año pasado y la previsión de crecimiento del PIB es del 3% para 2022, según el FMI.

No obstante, Draghi se irá antes de la aprobación de la próxima ley de presupuestos italiana, una tarea que quedará en manos del nuevo Ejecutivo, que es el que deberá presentar el plan italiano a la Comisión Europea. 

Pese a que los analistas consideran que Italia se mantendrá en la línea de lo acordado por Draghi, no se excluyen las tensiones. La razón es también que el país es receptor de casi 200.000 millones de euros en préstamos y subsidios del plan de recuperación de la UE y debe demostrar que seguirá cumpliendo con los objetivos pactados con Bruselas. 

Además, con el cambio de guardia, también se debilita el eje franco-italiano, fortalecido por Draghi y Macron. De hecho, este último pierde también un aliado para sus planes de cambios a las reglas fiscales del bloque europeo. Asimismo, queda en entredicho el acuerdo de "colaboración privilegiada" firmado el año pasado por Roma y París, criticado en su momento por Meloni y que suscitó malhumores en las cancillerías española y alemana. 

El enemigo (pobre) extranjero

Un factor altamente desestabilizador en la relación entre Roma y Bruselas fue, durante la etapa del Gobierno del Movimiento 5 Estrellas con la Liga de Matteo Salvini, la dura política migratoria del liguista. Ahora, con el posible viraje a la derecha, no solo Salvini podría volver al poder, sino que además tendría el respaldo de Meloni, que también apoya la mano dura contra la inmigración. 

El preámbulo no es de los mejores. El propio Salvini ha abierto su campaña electoral con proclamas contra la inmigración, y Meloni ha propuesto el bloqueo naval delante de las costas de África para bloquear la ruta migratoria del Mediterráneo central. 

"Sí a fronteras seguras, no a la inmigración masiva", dijo la política derechista en un reciente mitin en apoyo la candidatura de Macarena Olona en Andalucía.

En su programa, Meloni y Salvini apoyan también la controvertida propuesta de que las peticiones de los solicitantes de asilo se procesen en centros ubicados en países no comunitarios.

Derechos LGTBI y aborto

La eventual toma de poder de la coalición derechista también amenaza con provocar tensiones entre Bruselas y Roma por la abierta hostilidad de Meloni hacia el colectivo LGTBI, en un momento en el que ya hay otros países europeos como Hungría que han sido señalados ante el Tribunal de Justicia de la UE por leyes que discriminan a este colectivo. Más aún cuando, para Meloni, el asunto es uno de sus grandes caballos de batalla para criticar a una izquierda, según ella, "alejada de la realidad y de los problemas de los italianos".

Los colectivos feministas también temen que Meloni pueda poner en discusión el derecho al aborto, que en Italia se legalizó en 1978 con la abolición de una anterior legislación que se remontaba a la época fascista. La propia Meloni ha dicho que considera las interrupciones voluntarias de embarazo "una derrota para la sociedad", y el Gobierno de Las Marcas, región en manos de Hermanos de Italia, incluso ha obstaculizado una directiva del Ministerio de Salud italiano que autoriza a las clínicas, y no solo a los hospitales, a distribuir las píldoras abortivas. Todo ello en un país en el que ya hay un altísimo número de médicos que se niegan a practicar abortos.

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