El expresidente de la República Francesa, el socialista François Hollande, asumió este lunes en el juicio por el atentado yihadista en Niza el 14 de julio de 2016 fue un "fracaso colectivo", como sucede en cada golpe terrorista que no logra ser evitado.

La presencia de Hollande, así como del que era entonces ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, tuvo lugar un mes después del inicio del proceso, donde ambos declararon como testigos, convocados por la parte civil.

Hollande opinó que si los atentados de enero y noviembre de 2015 en París tenían por blanco la libertad de expresión y una forma de vida occidental, el atentado del 14 de julio, día de la fiesta nacional, pretendía destruir “la vitalidad, la alegría de estar juntos” pero también “el espíritu nacional, el lema de libertad de la República”.

“Si el terrorista lo concibió con tanta racionalidad, no lo sé”, añadió, y aclaró más tarde que se refería en parte a los interrogantes sobre el estado mental del conductor del camión, Mohamed Lahouaiej Bouhlel -muerto en el atentado-, que constan en el sumario de la investigación.

La intervención de los exrepresentantes debía poner luz sobre el contexto de la amenaza terrorista y la puesta en marcha del estado de emergencia que imperaba en Francia en 2016, desde la misma noche de los atentados del 13 de noviembre de 2015.

Hollande insistió que en 2016 el nivel de amenaza terrorista seguía siendo fuerte, pero había una voluntad de “dar credibilidad” a las acciones del Gobierno y justificar “la candidatura a los Juegos Olímpicos de 2024” por lo que se mantuvieron grandes eventos como la cumbre del clima COP 21, en diciembre de 2015, y la Copa de Europa de fútbol, en 2016.

“Era importante que tuviéramos el dispositivo más amplio y preciso para luchar contra todas las amenazas”, añadió, precisando que el objetivo fundamental era seguir adelante con la vida de los franceses.

Sin embargo, interrogado sobre su arrepentimiento sobre las decisiones que se tomaron precisó que, por norma, cada atentado terrorista es una forma de fracaso. “Es un fracaso colectivo”, asumió.

El antiguo presidente francés defendió la dificultad de hacer frente a yihadistas aislados en actos reivindicados "de forma oportunista por el Estado Islámico", como fue en el caso de este ataque, que llegó dos días después, y cuando el terrorista no era objeto de una "ficha S", por extremismo islamista.

Varios representantes de la parte civil insistieron en las críticas de numerosas víctimas del atentado, que acabó con la vida de 86 personas y dejó 450 heridos, de que aquella noche no había suficientes fuerzas del orden en la ciudad.

El dispositivo de seguridad no es juzgado en este tribunal sino en Niza, en paralelo a este proceso, por lo que Hollande no entró en detalles, pero insistió en que para su desplazamiento a Aviñón, donde se encontraba aquella noche, no había solicitado refuerzos y que el mensaje a todos los organizadores y ciudades de Francia de grandes eventos era que debía premiar la precaución, la vigilancia y una extrema atención.

Esta mañana también declaró como testigo François Moulins, exfiscal antiterrorista y actualmente fiscal general del Tribunal de Casación.

El fiscal aclaró sobre todo un punto particularmente duro para las familias de catorce víctimas, a las que le fueron retirados órganos en la autopsia sin permiso previo.

"No era indispensable", declaró Moulins, que asumió que si volviera a ocurrir, estas extracciones, que se hacen cuando las causas de la muerte no son totalmente claras y para descartar posibles negligencias médicas, no se repetirían.