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Cumbre del clima

China, India y Rusia rechazan asumir objetivos climáticos más ambiciosos

Las delegaciones de los tres países han avanzado que este año no presentarán nuevos planes de reducción de emisiones | 164 países todavía no han entregado sus nuevos compromisos climáticos, pese a lo prometido en Glasgow

El embajador chino Xie Zhenhua durante una comparecencia de prensa celebrada durante la cumbre del clima de Sharm el-Sheikh.

Uno de los grandes debates en la mesa de Sharm el-Sheikh tiene que ver con cómo lograr una drástica reducción de emisiones capaz de evitar la catástrofe climática. El año pasado, reunidos en Glasgow, los gobiernos de todo el mundo acordaron revisar sus actuales planes climáticos y presentar propuestas mucho más ambiciosas en la actual cumbre egipcia. Un año después, esta promesa parece haberse convertido en un espejismo. Este miércoles, en el cuarto día de negociaciones oficiales de la COP27, algunas de las potencias más contaminantes del globo se han pronunciado públicamente para negar que reforzarán sus compromisos climáticos. Las delegaciones de India, China y Rusia han afirmado que, pese a estar comprometidas con los actuales planes de reducción de emisiones, este año no presentarán compromisos más ambiciosos.

El diplomático ruso Ruslán Edelguériev ha argumentado que, debido a la actual situación geopolítica, marcada por la guerra con Ucrania y las sanciones de occidente, Rusia renuncia a avanzar en el recorte de emisiones. "En condiciones de sanciones, no podemos ser más ambiciosos", ha afirmado Edelguériev, en una comparecencia de este miércoles, en la que también ha pedido excluir de las actuales sanciones todo el paquete de tecnologías que permiten reducir las emisiones de carbono. Aun así, el diplomático ha afirmado que "Rusia no planea renunciar a sus compromisos climáticos", entre los que destaca la promesa de alcanzar la neutralidad de carbono antes de 2060.

China, considerada actualmente como uno de los mayores emisores del mundo de gases de efecto invernadero, ha afirmado que su objetivo para este año "no es cambiar los compromisos climáticos, sino tomar acciones concretas para implementarlos". Según ha declarado este miércoles el embajador climático chino, Xie Zhenhua, el gigante asiático reafirma su compromiso en la lucha contra la crisis climática pero con algunos matices. China no planea renunciar a la explotación de gas, petróleo y carbón hasta que haya desplegado toda su red de energías renovables. Asimismo, el Gobierno chino afirma que mantendrá varias plantas de producción de carbón para garantizar la "estabilidad energética" del país.

India, por su parte, también matiza su calendario de transición energética. El diplomático indio Pralhad Joshi ha explicado este miércoles que la economía india dependerá del carbón hasta, como mínimo, el año 2040. Es decir, al menos una década más tarde respecto al objetivo global para poner fin a los combustibles fósiles. "India no dejará atrás el carbón en un futuro próximo", ha afirmado Joshi durante un 'speech' parlamentario realizado en paralelo a la cumbre del clima de Sharm el-Sheikh. 

Deberes pendientes

Hace justo un año, la cumbre de Glasgow se zanjó con el acuerdo unánime de todos los países de que, hasta ahora, los planes trazados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no eran suficientes para esquivar un calentamiento global extremo. En la resolución final del encuentro, los gobiernos acordaron revisar sus políticas nacionales y hasta crearon un grupo de trabajo para "aumentar la ambición climática". En estos momentos, según recoge la platafoma 'Climate Action Tracker', solo 28 países han presentado nuevos planes de reducción de emisiones. De estos, solo cinco son más ambiciosos.

Hoy por hoy, son al menos 164 países los que todavía no han entregado sus deberes climáticos. En teoría, según lo acordado en Glasgow, el límite para entregar los nuevos planes de reducción de gases de efecto invernadero es finales de 2022. Aunque todo apunta a que serán muchos los que postergarán el debate sobre cómo reforzar sus compromisos climáticos. Sobre todo en un momento marcado por las tensiones geopolíticas, la crisis energética y el fantasma de una recesión. 

Un reciente análisis de Naciones Unidas destaca que los actuales compromisos climáticos exponen al mundo a un aumento global de las temperaturas de 2,5 grados de media y a un incremento exponencial de los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías y las pérdidas de ecosistemas. Este escenario podría esquivarse si el mundo logra reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2030. El debate, en realidad, es cómo conseguirlo. 

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