Relaciones tensas

Kazajistán, entre la espada y la pared con Rusia

El país centroasiático necesita a su vecino al norte pero quiere evitar el impacto negativo del conflicto rusoucraniano

Una estación repleta de ciudadanos rusos que huyen de la guerra en Astaná.

Una estación repleta de ciudadanos rusos que huyen de la guerra en Astaná. / EFE

Àlex Bustos

Grandes ciudades de Kazajistán como Almaty no se diferencian mucho, a simple vista, de ciudades grandes de Rusia. El estilo arquitectónico soviético, el uso del ruso ampliamente extendido – prácticamente toda la población lo habla - o la abundancia de platos rusos en los restaurantes evidencian un pasado compartido durante un largo tiempo. Esto se evidencia en las calles, tal y como cuenta una kazaja, Aizada. “Como compartimos mucha historia queremos una relación amistosa (con Rusia), pero tampoco queremos que el mundo nos ponga la cruz por este vínculo” explica esta ciudadana. La relación amistosa entre ambos pueblos se vio reflejada en septiembre, cuando llegaron muchos ciudadanos rusos que huían de la movilización y los kazajos hicieron gala de su hospitalidad y les ofrecían a estos recién llegados comida y bebida.

Cuando los rusos conquistaron la estepa centroasiática en el siglo XIX crearon algunas de las principales ciudades kazajas actuales. Ese pasado compartido no siempre ha sido sencillo y tampoco es simple la realidad actual. Algunas voces oficialistas han señalado que tras Ucrania, el siguiente en ser “desnazificado” debería ser Kazajistán. Lo han asegurado en el late show del propagandista Vladímir Solovyov, de la cadena estatal Pervy Kanal. También lo han pedido en la Duma local de Moscú el diputado Sergei Savostyanov, que en marzo pidió intervenir no solo en el país centroasiático, también en Polonia, los países bálticos y Moldavia.

La periodista kazaja Aigerim Toleukhanova explica a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, del grupo Prensa Ibérica, que estas proclamas “ya existían antes del 24 de febrero – fecha del inicio de la ofensiva rusa en Ucrania- , pero después de este día como era de esperar se intensificaron y se volvieron aún más agresivas y absurdas”. Sentencias como que “el norte de Kazajistán – poblado por una importante minoría étnica rusa – es Rusia” o que existe una supuesta discriminación del idioma ruso en el país se podían oír en algunos canales estatales rusos. Estas amenazas no calan en la población kazaja, como evidencia Aizada, que ve muy improbable que Rusia intente repetir la ofensiva militar en Kazajistán, incluso cree “que es poco probable incluso que lo consideren”.

La deuda con Moscú

Astaná ha intentado alejarse de Moscú con medidas como no reconocer las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk – en el Este de Ucrania – o querer cambiar el alfabeto del idioma kazajo del círilico al latín. “Actualmente la relación entre Rusia y Kazajistán es definitivamente tensa y complicada” explica la periodista. Sin embargo hay motivos para la calma, pues tal y como recuerda Toleukhanova hubo unas “unas declaraciones públicas de China y Turquía de que apoyan plenamente la integridad territorial de Kazajstán hace unos meses tenían como objetivo enviar una señal a Rusia para que pensara detenidamente en invadir Kazajistán”. Astaná mantiene una política multivectorial para favorecer las buenas relaciones con todos los países, con especial ahínco con los vecinos, como Rusia y China.

Astaná comparte espacios con Moscú en diferentes organizaciones. Kazajistán es uno de los países que forma parte de la Unión Económica Euroasiática – la respuesta de Moscú a la UE – y a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva. Esta última es una alianza militar de países exsoviéticos en la que están presentes Bielorrusia, Kirguistán, Tayikistán, Armenia, Bielorrusia y Rusia, que lleva la voz cantante. En 2022 Astaná pidió apoyo de sus aliados cuando empezaron unos violentos disturbios en el país, cuyo foco fue Almaty, la segunda ciudad. Con la intervención de la OTSC se consiguió pacificar a los manifestantes, aunque según las autoridades murieron al menos 208 de ellos, además de 9 policías. Por su ayuda durante este momento, desde Rusia se ha tildado de "desagradecido" a Kazajistán .

Más allá del apoyo militar, Astaná no puede plantearse cortar vínculos con Moscú. El gigante euroasiático es el tercer importador de Kazajistán y el principal destino de sus exportaciones, mayoritariamente hidrocarburos y recursos minerales. A finales de noviembre de 2022 ambos países firmaron un acuerdo para garantizar el comercio y el tránsito de gas y petróleo a través de conductos internacionales. Dentro de los países exsoviéticos, Kazajistán y Rusia son las dos principales economías.

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