Coronación de Carlos III

Diferencias y similitudes de la coronación de Carlos III e Isabel II: más moderna, más inclusiva, misma esencia

El Rey y la Reina consorte, que también será coronada en una ceremonia más sencilla, quieren que el acto sea representativo y refleje la diversidad del país

La reina Isabel II (izquierda) y su esposo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, saludan desde el balcón a la multitud que observa las puertas del palacio de Buckingham tras su coronación.

La reina Isabel II (izquierda) y su esposo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, saludan desde el balcón a la multitud que observa las puertas del palacio de Buckingham tras su coronación. / EP

Reino Unido se encuentra cerca de vivir un día muy especial. La cuenta atrás para la coronación del rey Carlos III y la reina consorte Camila Parker-Bowles ha comenzado. El próximo sábado 6 de mayo arrancará una celebración que se extenderá tres días y en la que se realizarán diferente tipo de actos.

Para rememorar la anterior coronación que ha vivido la familia real británica hay que echar la vista 70 años atrás, cuando una joven Isabel II ascendía al trono a la edad de 27 años, tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI. Siete décadas dan para mucho y el mundo de aquel entonces poco o nada tiene que ver con la realidad actual. De ello es consciente el padre del príncipe Guillermo, que prepara una ceremonia que reflejará "el actual papel del monarca y mirará hacia el futuro, al tiempo que se arraigará en las tradiciones y la pompa de antaño", según el comunicado real.

Esa mirada al futuro se puede traducir como un paso a la inclusión en una coronación que contará con un concierto con artistas internacionales, un coro LGTB, un almuerzo nacional vegetariano y varias iniciativas que promueven el voluntariado.

Diferencias

Pero esas no serán las únicas diferencias entre dos ceremonias que pertenecen a dos siglos diferentes y en las que la llegada al trono se produce en momentos en la vida de los monarcas completamente opuestos.

Distintos momentos vitales

Una de las diferencias más evidentes entre ambas ceremonias es el momento vital y la edad y a la que Isabel II y Carlos III son coronados. Carlos de Inglaterra ya había cumplido 73 años el día del fallecimiento de su madre, que tenía 96. El monarca afronta el cargo con prácticamente todas las etapas de la vida como experiencia y, en principio, con poco por hacer. Isabel II, en cambio, se vio en esta tesitura después de la muerte de su padre, que no pudo superar una larga enfermedad y pereció a los 57 años. La pérdida de su padre supuso un duro golpe para la joven Isabel, que se enfrentaba a una enorme responsabilidad y una larga trayectoria repleta de retos y complicaciones.

En las imágenes de aquella coronación se puede ver al entonces príncipe Carlos a sus 5 años, repeinado y un poco aburrido en algunos momentos. Tanto él como su hermana Ana acompañaban a una Isabel que no podía seguir de luto, debía enfrentarse a su nueva vida como reina de Inglaterra.

Camila, Reina consorte

La esposa del rey Jorge VI, la Reina Isabel - también conocida como la reina madre- fue nombrada nueva reina consorte en 1937. Sin embargo, en la coronación de la reina Isabel II, su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, no fue coronado junto a ella a pesar de ser el consorte de la reina. El próximo 6 de mayo, en cambio, Camila Parker Bowles será coronada como reina consorte junto a su esposo en una ceremonia más sencilla.

Menos invitados y duración

La celebración que se organizará para Carlos III será considerablemente menos multitudinaria que la de su madre, pues la lista de invitados será de unas 2.000 personas, mientras que a la fiesta de Isabel II acudieron más de 8.000, lo provocó que estuvieran muy apretados y los que se situaban más lejos tuvieran que emplear prismático.

La Reina Isabel II recibe el homenaje de su esposo, el Duque de Edimburgo, en su coronación en la Abadía de Westminster.

La Reina Isabel II recibe el homenaje de su esposo, el Duque de Edimburgo, en su coronación en la Abadía de Westminster. / EP

Además, unos 96.000 invitados de pago se aglutinaron frente a la Abadía de Westminster para formar parte de la procesión. En otros lugares, la gran procesión de la reina contó con más de 40.000 miembros del personal de servicio del Reino Unido y la Commonwealth y 24 bandas militares de marcha que marcharon durante los 8 kilómetros de desfile.

A lo largo de una ruta llena de marineros, soldados y aviadores y mujeres de todo el Imperio Británico y la Commonwealth, 22 invitados y funcionarios pasaron en procesión antes unos tres millones de espectadores que se reunieron en las calles de Londres, algunos acampando durante la noche para lograr un punto de observación de la monarca, y otros que levantaron gradas y andamios a lo largo de la ruta.

Dado que las Fuerzas Armadas de Gran Bretaña se están reduciendo a un ritmo alarmante, todo apunta a que el tamaño de la procesión de Carlos III será menor en número y también en recorrido, ya que no será mayor de 2 kilómetros.

Además de ser menos multitudinario, en términos del servicio religioso también tendrá una duración aproximada de entre una hora y media y dos horas, más corta que la de la reina Isabel, que se alargó hasta las tres horas.

Menos lujoso y más costoso

Se espera, tal y como recogen algunos medios británicos, que el rey Carlos III opte por vestir su uniforme militar en lugar de la vestimenta real estándar. Tampoco usará medias y calzones de seda, porque “se ven demasiado anticuados”, y pretende que la ceremonia refleje una “monarquía moderna del siglo XXI”.

A diferencia de su hijo, ella llevó en 1953 un vestido de satén blanco con un bordado de flores del Reino de los países de la Commonwealth de la época, lentejuelas, perlas y cristales, obra de Norman Hartnell, diseñador que también elaboró el traje nupcial de su boda con Felipe de Edimburgo. Los hilos de oro y plata de su traje estaban pensados para las icónicas imágenes que se compartieron de la monarca, que acompañó el vestido con una túnica de seis metros y medio.

Más moderna e inclusiva

Carlos III tiene la intención de asociar la corona británica a una imagen de modernidad, por ello prepara una coronación con menos parafernalias y con una atmósfera más inclusiva, abierta y respetuosa con el medioambiente. El Rey también ha subrayado que la ceremonia represente las diferentes creencias y comunidades del país y que refleje la diversidad étnica del actual Reino Unido. Todo ello, claro, sin ofender a los más tradicionalistas.

La reina Isabel II de Inglaterra (c), en el palacio de Buckingham, en el día de su coronación.

La reina Isabel II de Inglaterra (c), en el palacio de Buckingham, en el día de su coronación. / EFE

Así, la Casa Real británica ha organizado la actuación ‘The Coronation Choir’, un coro compuesto por refugiados, personas con discapacidad auditiva, activistas de la comunidad LGTBI y sanitarios británicos. A la misma hora de esta cita cultural, varios puntos del país se iluminarán en honor a la coronación y al nuevo rey, Carlos III.

También se llevará a cabo un concierto con artistas internacionalmente conocidos al que serán invitados varios miles de personas. Entre los artistas que actuarán estarán Katy Perry, Mark Owen, Gary Barlow y Howard Donald, de la banda Take That; Lionel Richie o Andrea Bocelli, entre otros. Este evento musical será más parecido al Jubileo de Platino de Isabel II, donde actuaron Queen, Diana Ross, Craig David y Duran Duran, que a su coronación.

Al igual que hizo su madre, Carlos III también celebrará el acto del 'Gran Almuerzo de la Coronación', pero el menú no será el mismo. El actual monarca ha sustituido el mítico ‘pollo a la coronación’ por una receta vegetariana: quiche de espinacas, habas y estragón. Para finalizar, la Casa Real ha querido cerrar la ceremonia con un último día dedicado a las acciones y programas de voluntariado que realizarán las sociedades benéficas, como Los Scouts.

Similitudes entre las dos ceremonias

La coronación de Isabel II y Carlos III tendrá ciertas diferencias, pero también se pueden encontrar muchas cosas en común.

Día, hora y lugar

Para comenzar, Carlos III respetará el día, la hora y el lugar de la ceremonia. El sábado por la mañana en la Abadía de Westminster es el momento y el lugar elegido durante los últimos 900 años para este evento. Y, tal y como ocurrió con la difunta monarca, el Arzobispo de Canterbury y líder espiritual de la Iglesia Anglicana será el maestro de ceremonias.

Protagonismo de la protagonista

Lo que también se mantendrá será la pieza más importante de la ceremonia: la corona de San Eduardo, creada en 1661 para el rey Carlos II y fabricada en oro macizo con más de 400 piedras preciosas. En el instante preciso en el que la corona tocó la cabeza de la monarca la multitud gritó: “¡Dios salve a la Reina!”, algo similar a lo que se espera que ocurra este 6 de mayo.

Retransmitido en televisión

La coronación de Isabel II fue todo un hito porque fue la primera de la historia que se transmitió en las televisiones de los británicos y en las pantallas de multitud de países. El histórico acto tuvo una gran repercusión, con 27 millones de telespectadores y más de 11 millones de oyentes en las radios. Sin embargo, la decisión de retransmitir la ceremonia fue sometida a debate dentro del gabinete británico sobre el tema. El primer ministro Winston Churchill era contrario a la idea de la transmisión; pero, Isabel rechazó su consejo e insistió en que el evento tuviera lugar ante las cámaras.

Como no podía ser de otra forma, la actual monarquía también ha querido que se retransmita el acto en directo por televisión. La BBC prepara un programa especial que estará en el aire de 8:00 a 17:00, hora local y las televisiones del resto de países también cubrirán el histórico evento. Además, la Casa Real británica retransmitirá en vivió a través de su canal oficial en YouTube.

Saludos desde el balcón

Para cerrar el primer día de ceremonia, se retoma el momento esperado: el Rey y la Reina consorte se dejarán ver en el balcón de Buckingham para saludar a la multitud que se congregará alrededor. Se verán ahí las imágenes más naturales entre tanto protocolo. Siete décadas antes, se pudo contemplar a Isabel en un ambiente más relajado junto a su familia real.