Guerra en África

El conflicto en Sudán amenaza a sus vecinos

El tercer país más grande del continente africano se encuentra en una intersección entre el Cuerno de África, el desierto del Sahel y el extenso mar Rojo, una encrucijada de intereses políticos

Un hombre camina hacia las columnas de humo provocadas por un bombardeo aéreo después de un bombardeo en Jartum.

Un hombre camina hacia las columnas de humo provocadas por un bombardeo aéreo después de un bombardeo en Jartum. / Reuters

Alba Mármol

Para determinar en qué región se encuentra Sudán, hay más de una opción correcta. El tercer país más grande del continente africano se encuentra en una intersección entre el Cuerno de África, el desierto del Sahel y el extenso mar Rojo, que es, a su vez, una encrucijada de intereses políticos, culturales y económicos, y de flujos poblacionales. Esta constelación geoestratégica amplía el territorio con potencial para sufrir las consecuencias de la actual escalada de violencia en Sudán.

En los últimos años, cinco de los siete países colindantes con territorio sudanés -EtiopíaChadRepública CentroafricanaLibia y Sudán del Sur- se han enfrentado a conflictos o revueltas políticas dentro de sus fronteras. Por esta inestabilidad regional, la pugna entre los generales Abdel Fattah al-Burhan y Mohamed Hamdan Dagalo preocupa más allá de las fronteras sudanesas en términos geopolíticos, migratorios y energéticos. 

1. Crisis migratoria en Chad y Libia

"Ya estamos viendo un derrame regional del conflicto, sobre todo en términos migratorios", afirma Ahmed Soliman, investigador de Chatham House especializado en la región del Cuerno de África. En esta zona, la mayoría de las migraciones son intrarregionales, por lo que los refugiados tienden a desplazarse hacia los países colindantes, como Libia o Chad, también inestables y con secuelas de sus respectivas disputas internas. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados, Chad, que cerró las fronteras el mismo día que estalló la violencia, ya acoge a más de 400.000 sudaneses y las nuevas llegadas son una amenaza para los servicios y los recursos del país, que ya están al límite de sus capacidades.

"Sudán ya acogía antes a migrantes de sus vecinos; se trata de un patrón cíclico de migraciones", explica Soliman. Además, el país también forma parte de la ruta migratoria desde el este de África hacia Europa, a través de Libia. El experto cree que "lo que cambiará será el coste de migrar" y que sólo si el Estado sudanés colapsa, las migraciones serán masivas y tendrán un impacto palpable en Europa. "Pero aún no estamos ahí", insiste. Sudán tiene el doble de población (47 millones) que Siria antes de su guerra civil. "Imagina el impacto del colapso de un país de más de 45 millones de habitantes, en la confluencia del mundo árabe, el océano Índico y el Mediterráneo, y en la arteria comercial entre Asia y Europa", subraya Jeffrey Feltman, enviado especial de Estados Unidos para el Cuerno de África desde abril de 2021 hasta febrero de 2022.

2. El petróleo de Sudán del Sur, amenazado

Sudán del Sur produce entre 150.000 y 170.000 barriles de petróleo al día, según datos de The World Factbook de la CIA, más del doble que su vecino norteño. Sin embargo, Martijn Vlaskamp, investigador del Institut Barcelona d'Estudis Internacionals, especializado en recursos naturales y conflictos, indica que el país, independiente desde 2011, "depende de Sudán para exportar su petróleo", ya que el principal oleoducto hacia Port Sudán -la salida hacia el mar Rojo- pasa por Jartum, el epicentro del conflicto armado que estalló el pasado 15 de abril.

Por ello y por la gran dependencia económica del petróleo por parte de Sudán del Sur, el conflicto preocupa la conexión entre ambos países, aunque "no son productores de petróleo relevantes a nivel mundial y exportan cantidades mínimas a países asiáticos", aclara Gonzalo Escribano, investigador principal del Real Instituto Elcano, especializado en geopolítica y geoeconomía de la energía. "Ahora mismo la producción de petróleo sigue igual, pero esto puede cambiar de un día para otro", cuenta Vlaskamp. "Ambas partes implicadas en el conflicto sudanés tienen pretensiones en el país, por lo que de momento no les interesa parar la producción", agrega el investigador. 

3. Fijación egipcia en la presa etíope

Egipto, que también ha recibido gran afluencia de refugiados sudaneses, está preocupado por las consecuencias del conflicto sudanés en las tensiones diplomáticas con Etiopía, por su gestión de la Gran Presa del Renacimiento Etíope. "Egipto tiene una gran fijación por la presa, ya que las aguas del Nilo son un tema de interés nacional", explica Soliman. El Nilo es vital para Egipto y Sudán, que dependen enormemente de su agua. El Cairo considera que la presa en el Nilo Azul, en funcionamiento desde febrero de 2022, es una amenaza para el control del flujo del agua del río y considera a Sudán su aliado imprescindible en su disputa con Etiopía.

Con el conflicto, las tensiones diplomáticas podrían entrar en una nueva fase y encarar "problemas de estabilidad", indica Escribano. Además, ahora, según Soliman, "hay un factor nuevo: la relación militar estrecha entre El Cairo y Jartum". Además de compartir una gran conexión fronteriza, el presidente egipcio, Abdelfatah al-Sisi, es cercano a al-Burhan, presidente y jefe del Ejército de Sudán. Cualquier tirantez entre Egipto y Sudán por el conflicto actual podría dificultar aún más sus esfuerzos para conseguir un pacto. 

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