Prohibición

Los vetos conservadores de libros se vuelven contra la Biblia en Utah

Un padre apela al contenido “violento y pornográfico” del libro religioso y logra su retirada de bibliotecas y clases de primaria y secundaria

Una nueva ley limita en bibliotecas y aulas escolares el "material sensible", que la legislación define como aquel "pornográfico o indecente".

Una nueva ley limita en bibliotecas y aulas escolares el "material sensible", que la legislación define como aquel "pornográfico o indecente". / Shutterstock

Idoya Noain

El que esté libre de pecado, que retire el primer libro. La adaptación libre del religioso dicho sirve para describir lo que está sucediendo en Utah, en Estados Unidos. Allí en marzo del año pasado se aprobó una ley que limita en bibliotecas y aulas escolares "material sensible", que la legislación define como aquel "pornográfico o indecente". Ahora esa norma, parte de una ola conservadora que se extiende por estados republicanos y que habitualmente pone en su diana obras que abordan cuestiones de raza, identidad de género o sobre la comunidad LGBTQ, en un efecto boomerang de dimensiones metafórica y literalmente bíblicas se ha vuelto contra libros religiosos.

La legislación, redactada por republicanos y respaldada por grupos conservadores como Utah Parents United (Padres de Utah Unidos) permite que cualquiera pueda solicitar que un comité revisara el contenido de libros para determinar si deben seguir disponibles para los menores. Desde su aprobación se han hecho cientos de solicitudes, casi siempre contra libros de contenido LGBTQ. Pero el 11 de diciembre un padre o madre del distrito escolar de Davis, que tiene casi 74.000 estudiantes en 92 escuelas, apeló a la norma para exigir que se retirara la Biblia.

"Incesto, onanismo, violación, dildos..."

Ese adulto aseguraba en su queja que la Biblia es "uno de los libros con más sexo" que se pueden encontrar y recordaba que menciona “incesto, onanismo, bestialismo, prostitución, violación felación, dildos e incluso infanticidio”. En el documento, de ocho páginas, que no se ha hecho público pero al que han tenido acceso medios locales, el denunciante incluyó una lista con ejemplos de pasajes.

"Sin duda concluirán que la Biblia no tiene valores serios para los menores porque es pornográfico según nuestra nueva definición”, escribió. "¡Saquen esta PORNOGRAFÍA de nuestras escuelas!". Su texto también recurría a la sátira para dejar claro que pretende ridiculizar los vetos de cualquier libro. "Agradezco a la legislatura de Utah y a Utah Parents United que hicieran este proceso de mala fe mucho más fácil y mucho más eficiente. Ahora todos podemos prohibir libros y no necesitas siquiera leerlos o ser ajustado a la realidad”, escribió. "¡Demonios, no necesitas ni ver el libro!".

Con la ley en la mano, que considera indecente un libro si incluye estimulación sexual explícita, , masturbación, coito, sodomía o tocamientos, el comité asignado a revisar la petición concluyó su estudio el 22 de mayo y anunció una decisión: mantendrán la Biblia en los centros de bachillerato, por considerar que no vulnera la ley en términos de “material sensible”, pero también acordaban retirarlo de educación primaria y secundaria al concluir que la vulgaridad o violencia hacen que la Biblia no sea adecuada para los estudiantes de menor edad. De hecho ya se ha retirado de siete u ocho escuelas.

El mismo distrito ha retirado entre abril de 2022 y mayo de 2023 31 libros que determinó que "no tenían valor serio para menores", ha mantenido otros 10 que habían sido retados y nueve más solo para determinadas edades. Aún revisa otros 47 títulos.

Como la queja de diciembre hacía referencia a la Biblia del Rey Jacobo (una de las versiones más extendidas en el cristianismo en EEUU) los colegios que tenían otras versiones mantendrán sus ejemplares tras la decisión, que la semana pasada fue apelada por otro padre o madre buscando que se reinstaure la Biblia para todos los alumnos. Ahora un comité de tres miembros estudiará ese recurso, y hará una recomendación a la Junta Escolar, que será la que tome la decisión final.

También la semana pasada, el viernes, alguien solicitó que se retire de las aulas el Libro de los Mormones, el texto fundacional de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que tiene su sede central en el estado, donde son mormones casi 2,2 de los 3,4 millones de residentes. El adulto en ese caso señaló en particular a la violencia de ese libro, que incluye descripciones de, batallas, decapitaciones y secuestros.

"Burla" o "precedente importante"

Utah Parents United denunció que el adulto que pidió la retirada de la Biblia estaba "haciéndolo claramente en un intento de minar a padres que trabajan diligentemente para proteger a niños de estímulos dañinos en escuelas". También inicialmente Ken Ivory, el congresista estatal republicano que impulsó la ley de Utah, denunció que la acción era una "burla" y un "truco político". "La ley tenía un propósito y este tipo de cosas son muy desafortunadas, es triste", dijo Ivory, que habló de "una bofetada a padres que simplemente intentan mantener un ambiente sano de aprendizaje para todos los estudiantes en escuelas".

La semana pasada, no obstante, el legislador cambió su discurso. Defendió la decisión de la Junta escolar de retirar la Biblia de las aulas y bibliotecas de primaria y secundaria y defendió que la Biblia es un “libro complicado” para los más jóvenes. "Tradicionalmente en EEUU la Biblia se enseña y se entiende mejor en casa, y alrededor del hogar, como una familia", aseguró el legislador, que defiende que nunca persiguieron vetos sino determinar qué es adecuado para según que grupo de edad y aplaudió la decisión sobre la Biblia como un "precedente importante".

También el senador republicano Todd Weiler, que patrocinó la ley en la Cámara Alta estatal, mostró su esperanza de que se anule la decisión pero en unas declaraciones a 'The Washington Post' valoró la retirada de la biblia como "un intercambio justo" a cambio de poder retirar otros libros que él considera que tienen "contenido explícito para adultos".

Una ola conservadora y organizada

Los vetos de libros, parte de una guerra política y cultural en pleno fragor en EEUU, se han doblado en el último año escolar, como han constatado informes recientes de la Asociación Americana de Bibliotecas y de PEN América, organización que trabaja por la libertad de expresión.

Casi un tercio de los vetos, según el documento de PEN, se debían a nuevas leyes estatales, y la mayoría de las 847 retiradas de libros se registraron en cinco estados: Utah, Texas, Florida, Misuri y Carolina del Sur. Todos tienen gobernadores y legislaturas controlados por republicanos. También en Texas, Florida y Misuri ha habido retos por la biblia similares al de Utah, según 'Education Week'.

La inmensa mayoría de las quejas contra libros, según el informe de la Asociación Americana de Bibliotecas, han sido contra obras escritas por personas de la comunidad LGTBQ o de color y que abordan esas temáticas, o la de género. Ese análisis también ha identificado tendencias que sugieren que existe una campaña política organizada detrás, algo que constata igualmente un análisis del 'Post', que determinó que la mayoría de más de 1.000 retos a libros fueron realizados por las mismas 11 personas. 

Deborah Caldwell-Stone, directa de la Oficina de Libertad Intelectual de la asociación de bibliotecas, cree que las protestas contra la Biblia representan “sin duda un tipo de activismo que puede animar a juntas escolares y legisladores estatales a pensar más cuidadosamente sobre lo que están haciendo. Subraya el hecho de que la censura no es la respuesta, que cualquier libro es vulnerable a la censura”, le ha declarado a 'The New York Times'. "Eso no es lo que deberíamos querer en este país".