Impidieron una tragedia mayor

Un joven con una mochila, una cuidadora y un anciano portugués... Los héroes inesperados de Annecy

Los héroes inesperados de Annecy.

Los héroes inesperados de Annecy.

Enric Bonet

Destellos de bondad humana en medio de un mal tan oscuro como inexplicable. Varias personas se entrometieron el jueves en medio del apuñalamiento perpetrado por un refugiado sirio en un parque infantil en Annecy. Impidieron unas consecuencias mucho más trágicas en esta ciudad del centro-este de Francia, donde resultaron heridos dos adultos y cuatro niños, de entre 22 meses y tres años. Un joven que golpeó al agresor con una mochila, una cuidadora que puso su cuerpo para evitar que acuchillaran a un bebé o un anciano portugués que se enfrentó al atacante y recibió un disparo de la policía de manera accidental. Todas estas personas normales actuaron como héroes. 

Francia continúa conmocionada el día después de esta agresión, cuyo móvil se desconoce y que por ahora no es investigada como un acto terrorista. Las seis víctimas evolucionan favorablemente y su estado de salud es estable. Todo un alivio. A pesar de ello, lo indecible de que alguien intente asesinar a niños muy pequeños ha erizado la sociedad gala. Ha agitado también pasiones tristes, desde el morbo de los que hicieron circular videos de la agresión hasta la instrumentalización por parte de la ultraderecha, que quiere aprovechar el intento de asesinato para vehicular su ideología xenófoba, a pesar de que el autor es cristiano, lleva diez años viviendo en Europa y había viajado de manera legal al territorio francés.

“El héroe de la mochila”

Ante estos comportamientos, sobresale el heroísmo de aquellas personas corrientes que arriesgaron su vida o aportaron su granito de arena para afrontar este momento crítico. El caso más conocido es el de Henri d’Anselme. Este joven, de 24 años, estaba el jueves por la mañana en Le Paquier, el céntrico parque de esta localidad vacacional cercana a la frontera con Suiza y que se caracteriza por su majestuoso lago. Cuando vio al agresor, se interpuso e intentó pararle golpeándolo con su mochila.

“Actué realmente por instinto. No me lo pensé. Para mí, era impensable quedarme sin hacer nada. Tuve miedo por mi vida, pero sobre todo por la vida de otras personas”, ha explicado D’Anselme en declaraciones a la cadena CNews. Este joven cristiano estaba de paso en Annecy en el marco de un “Tour de Francia de las catedrales”, que empezó en marzo y en que ya ha recorrido 1.300 kilómetros viajando a pie o haciendo autostop. Los videos de él enfrentándose con su mochila al agresor circularon como la espuma en las redes sociales. Allí lo han bautizado como el “héroe de la mochila”

Un anciano portugués, acuchillado y recibió un disparo de la policía

Aunque su caso ha sido el más mediatizado, también hubo otros ciudadanos de a pie que actuaron de manera parecida. En los videos de la agresión, se ve a una cuidadora de niños que se opone al agresor y pone su cuerpo para evitar que este acuchille al niño que llevaba en un cochecito. El alcalde de Annecy, François Astorg, también agradeció “el coraje” de dos limpiadores municipales que intentaron detener al atacante golpeándolo con sus palas. 

Uno de los comportamientos más valientes fue el de Manuel. Este portugués, de 72 años, también se confrontó al atacante, que lo agredió con su cuchillo al cuello. A pesar de ello, siguió persiguiéndolo para intentar retenerlo. Mientras iba detrás de él, recibió por error un disparo por parte de los agentes de policía. Él es uno de los adultos que resultó herido, junto con otro anciano, de 78 años, que sufrió heridas más leves. 

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha expresado este viernes su “orgullo” y “gratitud” a estos héroes inesperados de Annecy. No es la primera vez en Francia que personas anónimas salvan vidas gracias a sus acciones heroicas. En mayo de 2018, Mamoudou Gassama, un inmigrante maliense en situación irregular, escaló a mano cuatro pisos para salvar a un niño que estaba colgando de un balcón en París. Ese mismo año, el coronel de policía Arnaud Beltrame se ofreció como rehén y sacrificó su vida para salvar la de varias personas retenidas por un yihadista en un supermercado en la periferia de Carcasona. Sus actos representan la cara más noble de la moneda de un país sacudido demasiado a menudo por episodios de frenesí violenta.