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¿Quién era Yahya Sinwar, el líder de Hamás asesinado por Israel en Gaza?

Con amplio conocimiento de la sociedad israelí y perfecto dominio del hebreo gracias a sus dos décadas en prisión, el difunto jefe de la milicia palestina representaba el ala más dura y beligerante

El líder de Hamás muerto en un ataque de Israel, Yahya Sinwar, durante un acto en Gaza en mayo de 2021.

El líder de Hamás muerto en un ataque de Israel, Yahya Sinwar, durante un acto en Gaza en mayo de 2021. / JOHN MINCHILLO / AP

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

Barcelona

Yahya Sinwar hablaba un perfecto hebreo. Su dominio de la lengua del enemigo se debió al largo tiempo que pasó en sus prisiones. Durante más de dos décadas, el líder de Hamás estuvo encarcelado y aprovechó ese tiempo para conocer perfectamente a su rival. Más allá de aprender el idioma, desarrolló una comprensión de la cultura y la sociedad israelíes envidiable. Devoraba los noticiarios hebreos, estudiaba un programa universitario online y traducía del hebreo al árabe decenas de miles de páginas de autobiografías de los exjefes del Shin Bet, la agencia de seguridad interior de Israel. Esa misma que no supo identificar que Sinwar y Mohammed Deif, el jefe del brazo militar de Hamás, las Brigadas al Qassam, estaban planeando el peor ataque sufrido en suelo israelí en sus 76 años de historia.

Desde el pasado 7 de octubre de 2023, cuando miles de milicianos palestinos irrumpieron en el sur de Israel y mataron a 1.139 israelíes y secuestraron a otros 251, Sinwar era hombre muerto. Así mismo lo prometió el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, entonces. Un año y nueve días después, su promesa se ha cumplido. Considerado como el cerebro y el autor intelectual de la masacre, tachada como el peor error de inteligencia de Israel, Sinwar se convirtió en el principal objetivo del Gobierno del primer ministro, Binyamín Netanyahu. Era el líder de Hamás desde 2017 en Gaza, cuando sustituyó a Ismail Haniyeh, jefe del buró político y asesinado el pasado 30 de julio en Teherán. Tras su asesinato, Sinwar fue nombrado el líder de la milicia tanto a nivel militar como político, escenificando el viraje del grupo hacia una posición más dura y beligerante.

Hijo de refugiados

Nacido en el campo de refugiados de Jan Yunis, en el sur de Gaza, en 1962, Sinwar fue testigo, desde su no tan tierna infancia, de la violencia israelí contra la población palestina. Su familia había huido de su hogar, igual que lo hicieron otros cientos de miles de palestinos expulsados forzosamente de sus casas durante las guerras que rodearon la creación del Estado de Israel. Consciente del sufrimiento de su pueblo, Sinwar vio en Hamás el movimiento de resistencia nacional que defendía la causa a la que entregaría su vida. En su veintena, el fundador del grupo, el jeque Ahmed Yassin, lo reclutó y lo nombró jefe de una unidad de seguridad interna, llamada al Majd. Como hombre duro y profundamente religioso, se encargó de castigar a los sospechosos de violar las leyes de moralidad islámica o de cooperar con los ocupantes israelíes.

En 1988, Sinwar fue encarcelado en Ashkelon, ciudad de donde había sido expulsada su familia. Se le sentenció a cuatro cadenas perpetuas por el asesinato de cuatro palestinos a los que acusó de apostasía o de colaborar con Israel. Allí, entre rejas, escribió su única novela 'La espina y el clavel'. De cariz autobiográfico, el protagonista, el niño gazatí Ahmed, crece tras la guerra de los seis días en 1967 y es forzado a vivir bajo la ocupación israelí. Sus amigos y familiares, emblemas de la resistencia y el sacrificio interminable, atacan a los ocupantes y a quienes colaboran con ellos. Los años de reflexión y aprendizaje en prisión no le impidieron seguir orquestando ataques contra Israel desde la clandestinidad, sobre todo el secuestro de sus soldados para canjearlos por prisioneros palestinos. Finalmente, fue eso lo que le devolvió su libertad para después seguir planeando estrategias parecidas para su gran golpe del 7 de octubre.

"Un rayo de esperanza"

"Para el prisionero, capturar a un soldado israelí es la mejor noticia del universo, porque sabe que se ha abierto un rayo de esperanza para él", dijo Sinwar en 2011 cuando volvió a su Gaza natal. En octubre de ese mismo año, Israel llegó a un acuerdo con Hamás para la liberación de alrededor de un millar de presos palestinos a cambio del retorno del soldado israelí secuestrado Guilad Shalit a Israel. Eso mismo es lo que lleva meses negociando Hamás con su centenar de rehenes en Gaza. Al salir de la cárcel, Sinwar se casó y tuvo varios hijos, aunque se desconocen muchos más detalles de su vida privada. El difunto líder de Hamás es definido por quienes lo han tratado como un hombre frío, directo y de pocas palabras.

Con muy pocas intervenciones públicas antes de la guerra, Sinwar era, desde agosto, la máxima autoridad de Hamás, aunque antes del asesinato de Haniyeh ya tenía la última palabra sobre cualquier asunto sobre Gaza. Tras más de 12 meses escondido, su muerte permite a Netanyahu entregar su tan prometida cabeza al público israelí y recuperar parte de la credibilidad perdida el 7 de octubre. Sin Sinwar en la ecuación, se reavivan las esperanzas de poner fin a la guerra contra Gaza, que ya ha arrasado con más de 42.200 vidas palestinas. El difunto mandatario de Hamás era partidario de mantener la guerra en el enclave durante el tiempo que sea necesario para destruir la reputación internacional de su enemigo y dañar su relación con Washington. Sinwar ha muerto antes de poder conseguirlo y, ahora, gazatíes e israelíes aguantan la respiración a la espera de un futuro sin él.

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