Moda y lujo

Las sombras de Bernard Arnault, el francés más rico que ha vuelto a los tribunales esta semana

Bernard Arnault vuelve a ser citado por la justicia como testigo por un caso de espionaje contra el diputado insumiso, François Ruffin, y el periódico 'Fakir' 

Bernard Arnault, CEO de LVMH Moet Hennessy Louis Vuitton, en los tribunales de París este pasado jueves.

Bernard Arnault, CEO de LVMH Moet Hennessy Louis Vuitton, en los tribunales de París este pasado jueves. / EFE

Leticia Fuentes

Ser el hombre más rico del mundo no te libra de la polémica, y menos si eres Bernard Arnault. El francés más rico del mundo y dueño del conglomerado multinacional de lujo LVMH, vuelve a verle la cara a la justicia francesa para declarar esta vez como testigo en un caso de espionaje contra el político de izquierdas, François Ruffin, y el periódico Fakir

"Quisiera recordarles que estoy aquí como testigo, un simple testigo, y que mi acusación nunca ha sido examinada por los jueces de instrucción", afirmó el multimillonario el pasado jueves frente al Tribunal de París, que precisamente no fue el juez quien le llamó a declarar. Fueron sus propios abogados los que le citaron para aclarar las acusaciones sobre el espionaje que sufrió el diputado Ruffin, a manos del ex jefe de seguridad del ministerio del interior, Bernard Squarcini, quién utilizó sus redes para obtener información confidencial en beneficio de LVMH y, en particular, información recopilada entre 2013 y 2016 sobre Ruffin. El diputado, en su momento dirigió la película ‘Merci boss’, donde se relata los intríngulis del grupo de lujo, y según las investigaciones, Arnault quiso saber antes de su estreno, mediante escuchas, de que trataba el film. 

Ahora, Bernard Squarcini está siendo juzgado junto con otros ocho acusados desde el 13 de noviembre por haber prestado servicios privados al grupo de lujo. Sin embargo, Arnault se ha librado de sentarse en el banquillo, ya que el director general de LVMH firmó un acuerdo con los tribunales para evitar un juicio pagando 10 millones de euros. Aun así, el pasado jueves tuvo que acudir al Tribunal, donde negó estar al tanto de dichas acciones. 

“Su declaración pondrá fin a lo que podemos considerar como una forma de explotación mediática de este asunto. El señor Ruffin tuvo la oportunidad de decir hasta qué punto había un lado casi obsesivo en Arnault y en el grupo LVMH", afirmó la abogada penalista del magnate, Jacqueline Laffont. 

Para el afectado, François Ruffin todo se trata de evasivas y “falsedades” del empresario para no sentarse en el banquillo de los acusados: "No creo que el señor Arnault se tome en serio la justicia en nuestro país. Ya ha pagado diez millones de euros para no estar hoy en el banquillo de los acusados, pero aquí viene bajo juramento a hacer declaraciones que son falsas".

Un hombre polémico

La figura de Bernard Arnault es cuanto menos polémica en Francia, y junto a Emmanuel Macron es, probablemente, el hombre más criticado del país. En 2017, su nombre apareció en los Paradise Papers. Una información que reveló las conexiones del multimillonario y sus empresas, con paraísos fiscales y estructuras offshore

Años después, en 2023 fue investigado de nuevo por lavado de dinero, tras realizar transacciones inmobiliarias al empresario ruso, Nikolai Sarkisov. Aunque Arnault negó la mayor, la investigación destapó los dudosos tratos financieros que lleva a cabo el director general de LVMH.  

Más allá de sus polémicas por posible fraude fiscal y los turbios negocios, también ha sido señalado por los propios franceses por sus aburguesadas opiniones, como por ejemplo, su crítica abierta a aquellos que apoyan una tasa a las grandes fortunas, o que afirman que los superricos no pagan suficientes impuestos: “Observo con cierta sorpresa –aunque en Francia nunca debería sorprendernos– que la gente no sabe bien de economía, por eso nos critican personas que no conocen bien el tema del que hablan”, afirmó y fue más allá: “Más de 500 tiendas y 100 centros de producción artesanal se establecieron en territorio francés. 5 mil millones es también la cantidad de impuestos que el grupo LVMH paga al año. (...) Casi la mitad de ellos están en Francia. La huella fiscal total, es decir, el impuesto de sociedades, el IVA y las cargas sociales combinados de LVMH, supera los 4.500 millones de euros al año”.

Unas afirmaciones que le costaron caras, especialmente, tras las investigaciones publicadas años anteriores sobre su entramado fiscal para evitar pagar menos impuestos de los que debería pagar el grupo LVMH.

Las pocas declaraciones que ha dado ante la prensa no siempre le han dado buenos frutos. Los medios no siempre han sido complacientes con él, y es por eso que en el pasado, el magnate amenazó a Le Monde con retirar la publicidad si continuaban con el escrutinio mediático hacia sus negocios. Un gesto que, de nuevo, fue criticado por intentar condicionar uno de los bienes más preciados y protegidos de Francia: la libertad de prensa.  

Miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas

El jefe de LVMH parece no tener suficiente con ser el hombre más rico del mundo y al mismo tiempo, el más señalado del país galo. Este próximo 2 de diciembre, Bernard Arnault luchará por un puesto en la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Francia. 

Una silla de gran prestigio en el país, a la que no puede optar cualquiera, y para la que los candidatos deben prepararse durante años. Este lunes, Arnault deberá convencer a los 46 miembros de la Academia, porque el magnate no se conforma solo con su multimillonaria fortuna, quiere los más altos reconocimientos. 

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