Los peligros de la injerencia rusa (3)
Los expertos creen que Afinogenova ejerce de puente entre canales de desestabilización prorrusos y la extrema izquierda de España y Latinoamérica
La actividad de la comunicadora en las redes, tanto en su etapa rusa como en el periodo en España se orienta a difundir mensajes que cuestionan a la democracia española y que buscan alinear demandas populares como la vivienda con las narrativas rusas sobre la guerra de Ucrania

Inna Afinogenova junto a Pablo Iglesias, en su presentación en el podcast 'La Base'. / Público
Una parte significativa de la propaganda prorrusa circula por la red Telegram. Y gracias al algoritmo, a partir de las interrrelaciones entre las cuentas, los investigadores pueden identificar comunidades de usuarios con un rol diferente en el proceso de difusión de mensajes favorables al Kremlin. Por un lado se identifican los productores de contenido, donde se encuentran buena parte de cuentas institucionales rusas (ministerios, embajadas), las cuentas prorrusas en español que desempeñan el rol de puente, transmitiendo a una determinada audiencia contenido traducido de fuentes rusas, incluido falso o manipulado, y los consumidores de dicho contenido, particularmente de la extrema izquierda. De acuerdo con el estudio 'Amenazas informacionales en España', elaborado por Albert Borràs, cofundador de Cassini Group Spain, y al que ha tenido acceso EL PERIODICO, la cuenta en esta red social de Inna Afinogenova, colaboradora de Canal Red, la televisión online fundada por Pablo Iglesias, ejerce "la función de puente entre la propaganda rusa y los movimientos sociales y políticos en España, nutriendo de contenido los canales prorrusos en español", una realidad que se hizo particularmente evidente durante la tensa campaña electoral previa a las elecciones generales españolas de 2023.
Desde las semanas previas a estos comicios hasta la actualidad, fin del lapso de tiempo estudiado, el canal de Telegram Chalecos Amarillos, no solo reprodujo contenido de Afinogenova, sino que la comunicadora también interactuó con ellos, publicando ella mensajes generados por este grupo disruptivo. Chalecos Amarillos es descrito por Borràs como un grupo "orientado a la desestabilización democrática y consumido por colectivos de extrema izquierda", que intenta "ensalzar y dar visibilidad a luchas disruptivas vinculadas a la extrema izquierda, particularmente a nivel local, aunque también con alcance internacional", promoviendo a su vez "posicionamientos anticoloniales y antiimperialistas que están alineados con los discursos rusos". En el contexto de la guerra de Ucrania, defiende sin ambages "posturas favorables a Rusia" y llegan a difundir numerosos bulos, teniendo muchos de sus mensajes "su origen en RT u otros canales institucionales rusos, como el del Ministerio de Asuntos Exteriores", confirma el investigador.
Objetivo: movilizar y despolitizar
El objetivo de este canal, "en el que Afinogenova se ha convertido en uno de sus referentes", es claro, considera el confundador de Cassini Group Spain: "movilizar a la extrema izquierda y politizar colectivos vulnerables, como aquellos vinculados a la vivienda", mediante "una visión dicotómica" de la realidad, dividiendo el mundo "entre el bien y el mal", antioccidentalismo frente a occidentalismo, nazis contra demócratas, fascismo frente a republicanismo, entre otros. Es otras palabras, sostiene Borràs: "Chalecos Amarillos es uno de los canales más dinámicos de Telegram y la mayor puerta de entrada de contenido prorruso en la extrema izquierda", y tiene la finalidad de "alinear" a estos colectivos y sus legítimas reivindicaciones con las narrativas rusas opuestas al apoyo del Gobierno español a Ucrania.

Comunidades emisores, receptores y puentes de desinformación rusa en Telegram. En rojo, canales institucionales, en azul canales de desinformación, en rosa, cuentas puente y en verde receptores. / Redacción
Varios mensajes difundidos por Chalecos Amarillos dan cuenta de su carácter disruptivo y desestabilizador en Europa, España y Cataluña. "Un líder independentista de Nueva Caledonia pide a Francia que autorice un nuevo referéndum de autodeterminación", se lee en un post reciente. "En Córcega, el desprecio engendra ira, y la ira lleva a la revuelta, y en nuestro país la revuelta provoca la insurrección", se denuncia en otro, que traduce un mensaje del Frente Nacional de Liberación de Córcega, una organización terrorista en Francia que llevó a cabo un millar de ataques mientras estuvo en activo, hasta 2014. También es frecuente hallar en sus mensajes llamamientos al derrocamiento de poderes constituidos, como el lanzado contra Michel Barnier, último y breve primer ministro de Francia, que cayó en una moción de censura apoyada por la extrema derecha y la extrema izquierda francesa.

Captura de pantalla de un mensaje sobre los independentistas corsos difundido por 'Chalecoa Amarillo' / Redacción

Captura de pantalla de la cuenta 'Chalecos Amarillos' en la red social Telegram. / Redacción
Respecto al conflicto de Ucrania, sus mensajes se alinean de forma inequívoca con Rusia, haciendo incluso de correa de transmisión de bulos que intentan desviar la responsabilidad de las tropas rusas en masacres y matanzas donde se ha probado con plena fiabilidad su autoría. "GRABACIÓN FILTRADA SUPUESTAMENTE CONFIRMA QUE LA MASACRE DE BUCHA FUE ORGANIZADA POR MILITANTES UCRANIANOS"; "Hoy el ejército ucronazi volvió a usar un misil Tochka-U contra la población de Donbás, mismo misil que masacró a 57 personas... en la estación de tren de Kramatorsk", en referencia a las masacres de Bucha y Kramatorsk, cuya autoría rusa ha sido demostrada en investigaciones posteriores.

Captura de pantalla del grupo 'Chalecos Amarillos' en la red social Telegram. / Redacción
Afinogenova sostiene que decidió romper con RT, una televisión financiada exclusivamente por el Kremlin, por sus diferencias respecto a la guerra de Ucrania, a la que afirma no apoyar. Sin embargo, hasta fecha muy próxima a su supuesta ruptura, en concreto durante el periodo de la pandemia (2020-2021), jugó en Moscú un papel destacado impulsando los intereses políticos y económicos del Estado ruso más allá de toda costumbre entre los profesionales de la información. En un apartado del informe titulado 'Inna y RT al servicio de la diplomacia y la inteligencia económica rusa', Borràs contabiliza decenas de mensajes entre abril de 2020 y enero de 2022 dedicados a promover la vacuna Spútnik entre su audiencia en Latinoamérica, un lugar donde las farmacéuticas occidentales tenían problemas para suministrarla y donde el Kremlin aspiraba y aspira a ganar influencia explotando el tradicional sentimiento antinorteamericano. Aunque hubo casos esporádicos de periodistas en Moscú que se inyectaron Spútnik para comprobar si esta funcionaba ante lo novedoso de la misma y las dudas que surgían, los mensajes de Afinogenova, se deduce del informe, se asemejan más a actos de publicidad.
La comunicadora justificó la acción asegurando que el tema era de "interés general", que buscaba "despejar" las mentiras de la prensa occidental respecto al inyectable y que habría hecho "lo mismo" con cualquier otra vacuna, incluso si esta había sido elaborada por una gran farmacéutica. "Trabajando en RT, siendo rusa y considerando la (enconada) defensa que hace (de Spútnik) en todos sus posts, su decisión personal aleatoria es poco creíble", señala Borràs. La vacuna rusa, además, tuvo un efecto político colateral muy favorable al Kremlin: generó gran división en la UE, incluso en España, donde el Gobierno de Madrid presidido por Isabel Díaz Ayuso se planteó su utilización, pese a que el inyectable aún no había sido aprobado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

Fotografía de la campaña de Afinogenova a favor de la vacuna Spútnik. / Redacción
Afinogenova se ha presentado en España como una persona que ha dejado su país por diferencias políticas con el liderazgo de su país. Sin embargo, a diferencia de los opositores rusos refugiados en España, pudo regresar a Rusia sin ser inquietada en el verano de 2024, difundiendo fotografías suyas en el centro de Moscú en sus cuentas de Instagram y X, generando comentarios de escepticismo entre los colectivos de exiliados rusos en España, y hasta memes en las redes. Su viaje, eso sí, contrasta con unas declaraciones suyas realizadas a la publicación Alda solo un año antes, en junio de 2023. La comunicadora se quejaba de que tanto a ella como al rusoespañol Pablo González se los presentara como espías por la prensa española, y ofreció como prueba de la veracidad de sus intenciones su imposibilidad de viajar a su país de nacimiento: "Estoy segura de que en los próximos años no podré volver a Rusia. Y no porque allí no tendré trabajo, sino porque salí en medios como traidora... no puedo ir a Rusia y cenar con mi madre".

Captura de pantalla de la entrevista concedida por Afinogenova a 'Alda' en junio de 2023. / Redacción
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