Relevo en la Casa Blanca
Un enviado de Trump se reúne con Nicolás Maduro para negociar las deportaciones
La Casa Blanca insiste en que solo va a informar a Caracas de sus planes de retorno de migrantes y que no admitirá réplicas de Caracas

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca / YURI GRIPAS / EFE
Un enviado especial de la Administración de Donald Trump, Richard Grenell, se reunió este viernes en Caracas con Nicolás Maduro para discutir sobre las deportaciones de migrantes indocumentados desde Estados Unidos a ese país. "Desde el Gobierno Bolivariano se propuso una Agenda Cero: una negociación entre iguales, sin imposición y de respeto”, dijo la oficina de prensa del Palacio de Miraflores. El canal oficial Telesur habló "el primer acercamiento formal de una figura vinculada a Trump con Maduro, desde que EE. UU. desconoció su presidencia en 2019". Washington se negó a llamar "negociaciones" a ese encuentro. Dijo que se limitaría a informar al Gobierno venezolano de sus planes sin aceptar réplica. "La diplomacia ha vuelto. Hoy he hablado con múltiples funcionarios en Venezuela y comenzaré las reuniones mañana temprano. Hablar es una táctica", había dicho el propio Grenell semanas atrás.
Su aterrizaje en la capital venezolana tiene lugar una semana después de que la Casa Blanca puso en marcha su nueva política migratoria, con deportaciones a Colombia y Brasil que provocaron roces diplomáticos y una imposición de hecho de la hoja de ruta de la Casa Blanca. El nuevo y previsible enfoque de la Casa Blanca provoca desazón en los migrantes venezolanos. La comunidad venezolana en Estados Unidos supera a las 600.000 personas. Su crecimiento se aceleró como consecuencia de la diáspora de los últimos años. La permanencia de Maduro en el poder auguró una reactivación del flujo migratorio venezolano. La posibilidad de experimentar situaciones como las de los migrantes colombianos y brasileños ha despertado una ola de inquietud. Varias organizaciones que defienden el derecho de emigrar rechazaron la decisión del Gobierno norteamericano de revocar la extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS) para ciudadanos de ese país. Ese beneficio regirá hasta el 10 de setiembre.
José Antonio Colina, presidente de la organización Venezolano Perseguidos Políticos en el exilio (Veppex), calificó de "muy grave" el giro político porque "legitima y beneficia a un régimen como el de Nicolás Maduro". Rechazó a su vez "que quieran convertir a todos los inmigrantes venezolanos en delincuentes". La secretaria ejecutiva de la organización Venezuelan American Caucus, Adelys Ferro, se pronunció en la misma dirección. Trump, dijo a ´Miami Herald`, "nos llamó animales, criminales" durante la campaña electoral que lo ha llevado al poder. "Ganó y está cumpliendo su promesa de campaña".
"Los venezolanos no han querido abandonar Venezuela porque quieren, sino porque existe una grave crisis política y humanitaria que los ha forzado. La inmensa mayoría somos personas trabajadoras que, desde diferentes posiciones, hemos aportado a esta Nación por la que no debemos ser catalogados por igual", dijo la activista Patricia Andrade, de Venezuela Awareness. Ella expresó no obstante su conformidad con la expulsión de la "minoría de venezolanos que ha violado la ley", que representa menos del 1% de la comunidad residente en Estados Unidos.
Presidente no reconocido
El viaje de Grenell tiene este precedente. Había sido anunciado a la prensa por la persona designada por Trump para las relaciones con América Latina, el cubano-americano Mauricio Claver-Carone. El funcionario aseguró que Grenell se proponía entregar a Maduro dos mensajes "inequívocos": uno era sobre la necesidad de que Venezuela recibiera los vuelos de deportación llenos de "criminales venezolanos" y, el segundo, pedir a Maduro que liberara inmediatamente a los ciudadanos norteamericanos detenidos en cárceles venezolanas.
El curso de las relaciones entre Washington y Caracas se revista de algunas incógnitas. Ha sido el Gobierno anterior, de Joe Bieden, el que reconoció a Edmundo González Urrutia como "presidente electo" de Venezuela en las elecciones del 28 de julio pasado que el Consejo Nacional Electoral (CEN) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dieron como ganador a Maduro. Biden reactivó a su vez las sanciones a los funcionarios que validaron la victoria en las urnas y a los responsables de la represión a las protestas contra los resultados. González Urrutia asistió a la investidura de Trump. La primera línea de su administración entrante no le asignó el lugar que la oposición venezolana esperaba.
Maduro ha dejado entrever que estaría dispuesto a hablar y llegar a un acuerdo con Trump "En su primer Gobierno no fue bueno con nosotros (pero) este es un nuevo comienzo", dijo, en alusión a lo sucedido en enero de 2019, cuando el multimillonario republicano respaldó la autoproclamación del diputado Juan Guadió como "presidente encargado" y puso en marcha severas sanciones económicas. "Soy un hombre de diálogo. Sé escuchar y sé aprender", insistió Maduro.
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