Macroproceso en Francia

"Cometí actos atroces”: el cirujano francés reconoce que sedó y agredió a casi 300 menores en el inicio del juicio

Se abre en Vannes el mayor juicio de pederastia de Francia con 299 víctimas de un cirujano

Se abre en Vannes el mayor juicio de pederastia de Francia con 299 víctimas de un cirujano / EFE

Leticia Fuentes

Leticia Fuentes

Vannes / Enviada especial

“Un día, cuando la mayoría de ellos eran todavía niños, cometí actos atroces”, ha admitido el cirujano francés Joël Le Scouarnec, en su primer día del juicio que lo sienta en el banquillo de los acusados por violar y agredir sexualmente a casi 300 menores.

A partir de este lunes, y durante los próximos cuatro meses, Joël Le Scouarnec, excirujano de 74 años, será juzgado en Vannes por los abusos cometidos entre 1989 y 2014, enfrentándose a la pena máxima que establece la ley francesa de 20 años de cárcel. Las autoridades creen que el número de víctimas podría ascender a más de 400, aunque en este juicio solo se juzgarán 299, ya que el resto han prescrito o a día de hoy siguen sin saber que fueron agredidas. 

“Hoy soy perfectamente consciente de que estas heridas son indelebles, irreparables: no puedo volver atrás", afirmó Le Scouarnec ante el Tribunal de Vannes. “Aunque comprendo y simpatizo con el sufrimiento que la violencia extrema de mis escritos puede haber causado en cada una de estas personas, he tratado a lo largo de mis interrogatorios de reconocer lo que fueron hechos de violación y agresión sexual", continuó. 

Durante la jornada, entre víctimas y abogados, no había duda de que este juicio marcará un precedente sobre cómo la sociedad y la justicia francesa aborda la problemática de la violencia sexual a menores. "Por la fuerza de las circunstancias, por el horror de las cifras, nos vemos obligados a utilizar términos de agrupación que reflejan la cruda realidad de este caso: un acusado, 299 víctimas directas e identificadas", subrayó uno de los magistrados durante la primera audiencia.

Una sala llena de togas. Sin público y con un grupo reducido de periodistas. Frente a la presidenta del Tribunal varias cajas con las pruebas clave de los crímenes cometidos por este “monstruo vestido con bata blanca”: sus diarios íntimos, donde describía cada una de sus agresiones, y en los que creó una detallada lista de sus víctimas. A las espaldas de la corte, un sinfín de dossiers rojos con toda la información del caso recopilada durante años de investigación. “Esto va a ser muy gordo”, comentaban algunos periodistas locales al salir de la sala. 

Aunque no estaba previsto que hablase este lunes, puesto que será el jueves cuando declare oficialmente en este juicio, hoy se ha escuchado la voz del que ya se considera el mayor depredador sexual de niños de Francia, cuando la presidenta le ha cedido la palabra para que pueda expresarse. “Se lo debo a todas estas personas,y a sus seres queridos, asumir la responsabilidad de mis actos, y de las consecuencias que hayan podido tener y tendrán a lo largo de sus vidas”, concluyó el acusado.

Parco en palabras, pero generoso en las expresiones corporales durante la primera audiencia, cuando le han comunicado que su hermana testificará por videoconferencia este miércoles tras sufrir un accidente. El gesto de sorpresa del acusado ha llamado la atención de los presentes en la sala. Joël Le Scouarnec no ha querido perderse detalle de las constituciones de las partes civiles y de la presentación del calendario judicial, inclinándose constantemente para hablar con sus abogados. “Mi cliente ha mostrado completa colaboración. Ha reconocido parte de los hechos y ha demostrado durante el día de hoy públicamente su arrepentimiento”, afirmó al final de la audiencia, uno de los letrados. 

“El proceso del silencio”

“Hay muchos Joël Le Scouarnec en el territorio francés”, denunció la abogada Marie Grimaud, que representa a una treintena de víctimas en el proceso judicial Le Scouarnec, frente al Tribunal de Vannes, horas antes de que empezará el mayor juicio de pederastia de la historia de Francia.

“El proceso del silencio”. Así lo han bautizado algunos afectados, que denunciaron este lunes ante la prensa, que durante los cuatro meses que durará el juicio, el acusado no tendrá que ver a sus víctimas ni a los testigos, más allá del momento de sus declaraciones. “Me gustaría mirarle a la cara y que me vea durante todo el proceso para que sienta la presión sobre sus espaldas”, explicó Mauricette Vinet, parte civil en el juicio y abuela del joven de 24 años víctima de Le Scouarnec, que acabó suicidándose en 2021. 

"El silencio había reinado demasiado tiempo; el manto de plomo sólo podía levantarse", afirmó el procurador general. Se refiere al otro silencio. El que llevó a cabo la familia del pederasta confeso durante años. Su entorno era conocedor de los hechos que se le imputan, o al menos eso escribió Le Scouarnec en sus diarios íntimos, y confirmaron años después sus sobrinas, víctimas también. “Marie-France lo sabe”, se podía leer en una de sus páginas, haciendo referencia a cuando su mujer le sorprendió mirando lascivamente a unas niñas. Frase que volvió a repetir años después en sus cuadernos, cuando la policía registró en 2014 su casa y encontró material pedopornográfico. 

“Lo que esperamos de este proceso es el reconocimiento de la culpabilidad de Joel Le Scouarnec, y el estatus de víctima de todas las personas que fueron abusadas. Niños que ahora son adultos, y que han descubierto los actos de los que fueron víctimas. También queremos que el estado francés asuma su responsabilidad ante un caso lleno de fallas de la autoridad judicial y de las autoridades sanitarias, que permitieron a Le Scouarnec continuar con su oficio durante 30 años, sabiendo incluso sus antecedentes”, declaró el Frédéric Benoist, el abogado representante de la asociación ‘Voz de la infancia’. 

Precisamente, esta es una de las grandes preguntas que envuelven este caso y que las víctimas piden al estado francés que resuelva; ¿cómo Joël Le Scouarnec continuó trabajando como cirujano en varios hospitales públicos y privados de Francia, sin control alguno, a pesar de haber sido condenado en 2014 por tenencia de materia pedopornográfico?

Dos edificios para el macroproceso

"Si no se dice ante el micrófono, no se ha dicho", insiste la presidenta, recordando que las partes civiles están casi todas en la sala de retransmisiones, y por tanto, dependen de la grabación sonora y visual de los debates para tener toda la información. 

Es tal la magnitud del juicio de Le Scouarnec, por los hechos que se juzgan, por el número de víctimas y por la cantidad de periodistas acreditados, que el Tribunal de Vannes ha tenido que habilitar dos edificios completos, donde se separan las víctimas, testimonios y periodistas en uno, y el Tribunal, abogados y acusado en otro. 

Algunas víctimas portan un collar rojo para mostrar su negativa a ser grabados o preguntados por la prensa. “Es imperativo respetar la elección de las víctimas”, insiste el Tribunal de Vannes en un comunicado. "Todos tenemos que cambiar la vergüenza de un lado a otro. Vemos que las víctimas tienden a protegerse y, por lo tanto, a esconderse. Creo que, como la señora Pelicot, no deberíamos sentir vergüenza", insistió Amélie Lévêque-Merle, la única ex paciente de Joël Le Scouarnec que testificará con el rostro descubierto.

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