Gobierno de ultraderecha

La tercera huelga general contra Milei impacta con fuerza en el transporte y el sector formal

La mayoría de trabajadores con empleos informales dan la espalda a la protesta al no contar con el respaldo de sindicatos

Sindicatos realizan este jueves tercera huelga general contra el Gobierno de Javier Milei

Sindicatos realizan este jueves tercera huelga general contra el Gobierno de Javier Milei

Abel Gilbert

Abel Gilbert

Buenos Aires

La tercera huelga general del movimiento obrero argentino contra la política económica y social del presidente Javier Milei tuvo un seguimiento dispar. El Gobierno de ultraderecha logró que los autobuses urbanos no se plegaran a la protesta y la ciudad de Buenos Aires y sus populosos alrededores tuvieron el movimiento de un fin de semana. Los servicios de trenes y el metro no funcionaron. La medida de fuerza impactó de manera contundente en los aeropuertos y los puertos. El comercio minorista trabajó con normalidad. Las huelgas de la Confederación General del Trabajo (CGT) solían paralizar por completo a este país. Las sucesivas crisis económicas redujeron el trabajo en las industrias y el empleo formal, lo que terminó por debilitar a muchos sindicatos que tenían una fuerte gravitación política. Casi la mitad de los argentinos tiene empleos informales. Buena parte de ellos dieron la espalda al llamamiento de la CGT.

Andrés Rodríguez, secretario adjunto de la central obrera, calificó no obstante de "muy importante" la protesta. "Hay un ausentismo muy grande", dijo. La CGT está prácticamente dividida respecto a cómo enfrentar en adelante a Milei, quien dice ser el ejecutor del "ajuste más grande de la historia". Un sector del sindicalismo quiere acompañar a los movimientos sociales y los pensionistas, que expresan a los sectores más afectados por las medidas del Gobierno, mientras que la otra facción sindical cree que no existen todavía las condiciones políticas para enfrentar con contundencia a la ultraderecha. "La gente lo está pasando mal", reconoció Rodríguez, que pertenece al ala que privilegia el diálogo con el Ejecutivo.

El portavoz presidencial, Manuel Adorni, recordó que a los empleados públicos que se sumaron a la huelga se les descontará el día no trabajado. Adorni además publicó en X una fotografía de una reunión matinal de Milei con sus ministros para dar la sensación de que este jueves fue un día como cualquier otro: laborable.

Milei, por su parte, se dedicó parte del día a reenviar en su cuenta de X mensajes de adherentes que insultaban a los "zurdos" y a los "sindicalistas K (kirchneristas) " que "nunca trabajaron". El anarcocapitalista ha asegurado que la huelga forma parte de un plan de desestabilización que ha tenido dos recientes expresiones en el Congreso. De un lado, el Senado rechazó las designaciones de dos integrantes del Tribunal Supremo, mientras que la Cámara de Diputados aprobó el funcionamiento de una comisión de investigación del 'criptogate' que lo tiene junto con su hermana Karina, a la vez secretaria general de la Presidencia, en el centro del escándalo.

El FMI entra en acción

El Gobierno espera convertir pronto sus amarguras del presente en miles de una victoria en las elecciones parlamentarias de octubre. Estima que la aprobación de un nuevo crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) por 20.000 millones de dólares permitirá resguardar el programa económico que se basa en un dólar barato que ha convertido a este país en el más caro de la región. Mientras numerosas monedas del mundo se devalúan por el inicio de la guerra comercial de Donald Trump, el anarcocapitalista se aferra a una valorización del peso que posibilita los negocios financieros, pero acentúa la recesión. En pocas horas se dilucidará si el FMI exige una corrección del precio de la moneda argentina como condición para entregar el dinero. Una posible devaluación pone en peligro el principal capital de Milei: el control inflacionario, que no es total. Los movimientos en el mercado cambiario han comenzado a erosionarlo.

Argentina es el principal deudor mundial del FMI: 40.000 millones de dólares. En 2018, el entonces presidente Mauricio Macri consiguió la ayuda de su amigo Donald Trump, a quien conocía de años de correrías juveniles, para que el organismo prestase a este país 45.000 millones de dólares. La "amistad" entre el multimillonario republicano y el anarcocapitalista explica las razones por las cuales el Fondo ha decidido, una vez más, girar millones de dólares a un deudor incurable. Argentina debe abonar al FMI en lo que resta del año 1.900 millones de dólares en concepto de intereses. El país enfrenta vencimientos de capital con el FMI por unos 14.000 millones entre 2026 y 2029. El peronismo, el principal partido opositor, advirtió que, de llegar al poder, desconocerá esta nueva deuda.

Pero Milei espera permanecer mucho tiempo en el Gobierno en la medida que se fortalece su alianza con Trump. En este contexto llegará el próximo martes a Buenos Aires el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott K.H. Bessent. "Gracias al liderazgo audaz del presidente Javier Milei, la relación entre Estados Unidos y Argentina es más sólida que nunca. Espero con entusiasmo mantener conversaciones positivas sobre la economía argentina y explorar nuevas formas para profundizar nuestra vital relación económica", dijo previamente Bessent. Se estima que el Tesoro norteamericano podría sumarse al socorro del FMI a los efectos de blindar al aliado de Trump.

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