Conversación entre las potencias
Trump y Xi hablan por teléfono y coinciden en destacar su voluntad de rebajar las tensiones

El presidente de China, Xi Jinping, y el de EEUU, Donald Trump. / PAOLO AGUILAR / MOHAMMED BADRA / EFE
La esperada llamada entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de China, Xi Jinping, ha llegado este jueves. Esa conversación es la primera directa que mantienen los dos líderes desde el 17 de enero y también la primera desde que el republicano volvió a la Casa Blanca. Y ha servido para calmar las tensiones que se habían disparado entre las dos potencias, a las que Trump ha vuelto a envolver en este segundo mandato en una guerra comercial con reverberaciones globales.
Los resúmenes sobre la conversación de aproximadamente hora y media que han compartido tanto Pekín como el propio Trump, que ha colgado un mensaje sobre la llamada en Truth Social, dan esperanzas de un acercamiento. Y recogen al menos la voluntad de recuperar la calma después de que EEUU hubiera acusado a China incumplir condiciones de la tregua de 90 días en la guerra arancelaria que los equipos estadounidense y chino pactaron hace tres semanas en Ginebra y adoptaran acciones que amenazaban con hacer descarrilar esa tregua, en la que EEUU se comprometió a rebajar sus gravámenes del 145% al 30%, y China del 125% al 10% en un intento por abrir la puerta a un acuerdo más amplio.
De hecho, las dos naciones apuntan a la celebración "en breve" y "lo antes posible" de nuevas rondas de conversaciones entre sus equipos. Y ya hay medidas concretas para desescalar el enfrentamiento, como una decisión de Estados Unidos confirmada por el propio Trump en unas declaraciones en el Despacho Oval, durante su reunión con el canciller alemán, Friedrich Merz, de que se aceptará en universidades estadounidenses a estudiantes chinos, a los que se había anunciado previamente que se revocarían los visados. "Los estudiantes chinos van a venir. No hay problema. Es nuestro honor que vengan", ha dicho.
"Conclusión muy positiva"
En su mensaje en Truth Trump ha hablado específicamente de "una muy buena llamada" y ha asegurado que ha resultado en una "conclusión muy positiva para los dos países". Solo unas horas antes, en un mensaje en esa misma red social, había escrito sobre Xi que "es extremadamente difícil hacer un acuerdo con él" y que es "muy duro", pese a asegurar también del líder chino: "me gusta, siempre me ha gustado y siempre me gustará".
Por la parte china, el comunicado publicado en la agencia de noticias Xinhua abría destacando un mensaje de Xi a Trump: "Para corregir el rumbo de este gran barco de las relaciones sino-estadounidenses es necesario que tomemos el timón y fijamos una buena dirección, especialmente para eliminar cualquier tipo de interferencia e incluso destrucción".
Entre las previsibles llamadas a la concordia, e invitaciones a visitas de estado mutuas, aparecen también mensajes contundentes de Pekín. Se subraya, por ejemplo, que "los chinos siempre cumplen lo que prometen" y que se espera de EEUU lo mismo. Se niegan acusaciones lanzadas por EEUU de que China había incumplido partes del acuerdo de Ginebra, con Washington acusando a Pekín de haber bloqueado nuevas licencias de exportación de tierras raras y otros componentes necesarios para semiconductores y automóviles. Y se escribe: "EEUU debería reconocer los progresos ya conseguidos y eliminar las medidas negativas tomadas contra China".
Comercio y Taiwán
Aunque Trump ha asegurado que la llamada ha estado "concentrada casi completamente en comercio" y que los dos líderes no han abordado "nada referente a la guerra de Rusia en Ucrania o Irán", el comunicado chino también se acuerda de Taiwán.
Xi le habría pedido a Trump que lo "trate con cuidado" para evitar "que un pequeño grupo de independentistas" acerquen a ambos países al "conflicto". La isla regresó al primer plano este fin de semana cuando el secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció por enésima vez una invasión inminente china para animar al continente a armarse hasta los dientes. Pekín le afeó al día siguiente su mentalidad de guerra fría y que siga aireando el peligro amarillo.
Cortesía
Que Xi atendiera al fin esa llamada del que reclama como su viejo amigo ya en la noche pequinesa, una hora intempestiva para la diplomacia china, sólo se puede entender como una mayúscula cortesía. Él y Trump no habían hablado desde que Xi le felicitó por la victoria electoral a pesar de que Washington había anunciado como inminente la llamada desde que tronaron los cañones arancelarios y la prensa estadounidense había revelado esta semana la "desesperación" de Trump por los efectos devastadores que la escasez de tierras raras causaba en su industria.
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