Liderazgo demócrata

¿Quién es Gavin Newsom, el gobernador de California que se enfrenta a Trump?

El ambicioso demócrata, que siempre ha tenido la meta de llegar a la Casa Blanca, enarbola la bandera de la resistencia política al presidente y avanza como líder en una formación acéfala

El gobernador de California, Gavin Newsom

El gobernador de California, Gavin Newsom / Europa Press/Contacto/Renée C. Byer

Nueva York / Barcelona

“La democracia está bajo asalto frente a nuestros ojos. El momento que temíamos ha llegado”. El gobernador de California, Gavin Newsom, no se anduvo con rodeos el martes por la noche para denunciar en un discurso compartido con toda la nación en redes sociales la situación creada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que cuatro días antes había autorizado el despliegue de militares en Los Ángeles sin consultar con el líder del ejecutivo estatal. 

El del demócrata era, con solo ocho minutos, un discurso contundente y significativo, importante para todo el país, que ve a su presidente avanzar a pasos agigantados en su campaña agresiva de arresto y deportación de inmigrantes sin papeles, tengan o no historiales delictivos, y en una deriva autoritaria que incluye un uso desatado e inusitado del poder militar. 

Efectivos de la Policía de Los Angeles, California, durante la detención de manifestantes

Efectivos de la Policía de Los Angeles, California, durante la detención de manifestantes / Europa Press/Contacto/Justin L. Stewart

Era, también, un discurso que puede marcar un punto de inflexión para el propio Newsom, un ambicioso político de 57 años que desde muy joven ha tenido el Despacho Oval como meta. En los últimos días, precisamente por su choque con Trump, se ha destacado como potencial candidato demócrata para dar el relevo al republicano en 2028 (o incluso medirse con él si Trump, como ha sugerido, se salta los actuales límites legales e intenta presentarse a un tercer mandato).

Líder de facto de la oposición

Indudablemente Newsom se ha convertido en la figura principal de la oposición, aparente líder en un partido aquejado de acefalia galopante oficialmente desde la retirada de Joe Biden pero, en realidad, prácticamente desde la salida de Barack Obama de la presidencia.

Es un papel que, con las contundentes denuncias y alarmas sobre Trump, Newsom está dispuesto a coger. Y el gobernador navega con gusto la ola de la atención con una guerra abierta en declaraciones y redes sociales con líderes republicanos y con Trump, que ha llegado a mostrarse a favor de que Newsom fuera encarcelado.

Este choque, en cualquier caso, no oculta contradicciones del demócrata que sustentan las críticas de quienes lo identifican como un oportunista. Newsom, por ejemplo, había empezado este segundo mandato de Trump intentando reconstruir puentes con la derecha e incluso con Trump. Ocurrió en enero, cuando tragó sapos y culebras ante las críticas del mandatario a la respuesta estatal a los devastadores incendios para intentar asegurar que el republicano garantizaba las ayudas que California necesitaba para recuperarse. Y ocurrió en febrero, cuando Newsom estuvo reunido con Trump más de una hora en el Oval y luego le expresó su agradecimiento.

En un podcast que inauguró en marzo, ademas, el gobernador ha estado invitando y dando altavoz a figuras de la extrema derecha como Steve Bannon o Charlie Kirk. A la vez, no ha escatimado críticas a su propia formación y en un programa de televisión llegó a decir que “la marca demócrata es tóxica” y que sus compañeros de filas tenían culpa de sus problemas y derrotas por estar atrapados en su propia burbuja y “cancelar” a quienes hablan, opinan o votan diferente.

Newsom, que históricamente había sido un defensor de los derechos LGTBQ, también ha dicho recientemente que permitir a las mujeres tránsgenero participar en competiciones deportivas femeninas era "profundamente injusto”. Aunque se ha mantenido como un líder en temas de regulación para luchar contra la emergencia climática que lo colocan en las antípodas de esta Casa Blanca, ya en su tiempo al frente del gobierno de Sacramento ha quedado en más promesas que realidades y con medidas como autorización de perforaciones ha decepcionado a los medioambientalistas. 

En los últimos meses, consciente de lo importante que fue la inmigración para los votantes en las últimas presidenciales, propuso eliminar la asistencia sanitaria pública a inmigrantes sin papeles y sin recursos, lo que muchos activistas y progresistas vieron como una traición

Equilibrios

Pese a que esté muy lejos de ser el “radical de izquierdas” que denuncia Trump, Newsom enarbolaba en su discurso del martes la bandera de la resistencia plenamente. Denunciaba sin ambages las operaciones que la agencia federal policial de inmigración, ICE por sus siglas en inglés, está acometiendo contra inmigrantes que llevan vidas corrientes en EEUU y forman parte del tejido social, aunque no tengan papeles.

También era capaz de hacer equilibrios. Trata de combatir la idea que propagan Trump y sus aliados de que está defendiendo a criminales o a los manifestantes que han cometido violencia o vandalismo (una minoría en las protestas), y la víspera del discurso, en una entrevista con ‘The Wall Street Journal’, había recordado que pese a las leyes santuario de California se ha coordinado y cooperado con ICE, a cuya custodia ha transferido a 10.500 individuos durante su mandato. Cuando habló a la nación, no obstante, su alerta no tenía asteriscos: “Si algunos de nosotros podemos ser secuestrados en las calles sin orden judicial y solo por sospechas o por el color de piel, entonces ninguno de nosotros está a salvo”, dijo.

El gran foco de sus ataques es Trump y en su discurso recordó que los “regímenes autoritarios empiezan atacando a quienes menos pueden defenderse, pero no se detienen ahí”. Recordó también el asalto al Capitolio (a cuyos implicados y condenados Trump ha indultado) para decir que al presidente “no le molesta la ilegalidad ni la violencia mientras le sirvan a él”.

El demócrata Gavin Newsom, gobernador de California, durante una rueda de prensa en California

El demócrata Gavin Newsom, gobernador de California, durante una rueda de prensa en California / AP

Vida personal

La intervención y el choque con Trump ha centrado la atención y los focos en este político que entró en la vida pública en 1998 a nivel municipal, en 2004 se convirtió en el alcalde más joven de San Francisco, fue vicegobernador ocho años y luego fue elegido gobernador en 2018, un cargo donde superó cómodamente un referendo de censura en 2021 y para el que fue reelegido con el 59% de los votos en 2022.

Está casado en segundas nupcias y tiene cuatro hijos con la documentalista y activista social Jennifer Siebel Newsom, tras un primer matrimonio con Kimberly Guilfoye, que luego fue pareja de Donald Trump Jr. Tiene algunos episodios personales que no le dejan bajo las mejores luces, como la aventura que tuvo con la esposa de un amigo cercano que era su jefe de campaña o la novia que tuvo como alcalde a los 39 años que no tenía ni edad para beber (21). 

Políticamente provocó un escándalo en la pandemia al ser retratado en una cena grupal con lobistas en un restaurante de lujo horas después de haber instado a los californianos a evitar las reuniones en vacaciones por el Covid.

Hay quien lo ve como agudo y quien lo ve superficial, y exuda lo que para algunos es confianza en sí mismo y, para otros, arrogancia. Y Trump se ha pasado los últimos días diciendo repetidamente de él que es “incompetente”, pero al menos en aprovechar políticamente la oportunidad, Newsom le ha demostrado equivocado.

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