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Ciberdefensa

"Ya estamos en guerra": la OTAN refuerza su presencia en el ciberespacio para hacer frente a las amenazas de Rusia

EL PERIÓDICO visita el Centro de Excelencia para la Ciberdefensa Cooperativa de la OTAN, una organización militar que elabora estrategias y simula escenarios de ciberguerra para preparar a los países de la Alianza Atlántica ante eventuales riesgos de conflicto

El Teniente Coronel Cristoph Kühn, Jefe de Gabinete y Director Adjunto del Centro de Excelencia para la Ciberdefensa Cooperativa de la OTAN.

El Teniente Coronel Cristoph Kühn, Jefe de Gabinete y Director Adjunto del Centro de Excelencia para la Ciberdefensa Cooperativa de la OTAN. / Meeli Küttim

Carles Planas Bou

Carles Planas Bou

Tallin (Estonia)

En 2007, Estonia fue víctima de un ciberataque que anticipó cómo serían las guerras del futuro. El 26 de abril de ese año, miles de ciudadanos rusófonos tomaron las calles de Tallin, su capital, para protestar por el desplazamiento a las afueras de un monumento erigido en 1947 por la Unión Soviética para honrar a los soldados caídos frente al nazismo. Un día después de los altercados, que se saldaron con un muerto, 156 heridos y un millar de detenidos, una oleada sin precedentes de 'spam' impulsada por una red de 'bots' rusos colapsó los sistemas informáticos del Gobierno, del Parlamento, de bancos y de varios medios de comunicación, una agresión digital que paralizó el país báltico y abocó a sus ciudadanos a semanas de tensa confusión.

Un año después, Estonia se convirtió en sede del Centro de Excelencia para la Ciberdefensa Cooperativa de la OTAN (CCDCOE), una organización militar que, a pesar de no formar parte de su estructura de comando, asiste a la Alianza Atlántica con la elaboración de estrategias para la protección del ciberespacio. "Ya estamos en guerra. Aunque no haya tanques en las calles y de vez en cuando cazas violen el espacio aéreo, Rusia ya está poniendo a prueba nuestra capacidad de respuesta", explica el teniente coronel Cristoph Kühn, jefe de Gabinete y director adjunto del centro, en una reunión en la que ha participado EL PERIÓDICO.

Tõnis Saar, director del CCDCOE, teme que Estonia, pero también Letonia, Lituania, Polonia e incluso Suecia y Finlandia puedan ser la próxima Ucrania. "Putin ha dicho abiertamente que quiere que la OTAN vuelva a sus fronteras iniciales (...) Así que diría que los ucranianos son nuestra primera línea de defensa", explica en una entrevista con este diario. En ella, Saar también recalca que la Alianza Atlántica se enfrenta a un complejo abanico de amenazas en el ciberespacio, entre ellas la que representan grupos criminales de países como China o Corea del Norte.

Compartir el conocimiento

El CCDCOE se prepara para responder a la ciberguerra. Para ello, sus expertos estudian las complejidades del ciberespacio, que desde 2016 es reconocido como un entorno operativo de pleno derecho junto al terrestre, el aéreo, el marítimo y el espacial. Sus investigaciones se traducen en recomendaciones que después los países pueden adoptar en doctrinas. Por ejemplo, recientemente elaboraron un documento en el que explicaban por qué colapsó el 5G en Ucrania y cómo anular las interferencias de los sistemas de vigilancia rusos.

De esta manera, el CCDCOE fomenta la cooperación entre los 32 países que forman parte de la Alianza Atlántica, pero también con aliados externos como Japón, Suiza o Corea del Sur. "Nosotros reunimos el conocimiento y luego es el mando [de la OTAN] el que decide", explica Saar.

Un ingeniero eléctrico del centro de ciberdefensa de la OTAN muestra el programa que simula escenarios de afectación de la red eléctrica.

Un ingeniero eléctrico del centro de ciberdefensa de la OTAN muestra el programa que simula escenarios de afectación de la red eléctrica. / Meeli Küttim

Ataque solo como defensa

El artículo 5 de la OTAN, que garantiza la defensa mutua entre sus miembros, también la contempla si el ataque es cibernético. La cláusula, no obstante, solo se activaría si un ciberataque causase una cifra de muertes equivalente a la de una acción militar tradicional, un escenario que aún no se ha dado.

La Alianza Atlántica cuenta únicamente con capacidades defensivas, pero en ciertas ocasiones puede pedir a los países que la integran que lancen operaciones informáticas de respuesta, como para anular un servidor agresor. El teniente coronel Kühn considera que ese recurso debería aplicarse con mayor frecuencia. "Todos los gobiernos deben saber que en el ciberespacio no hay fronteras", añade.

Simular la guerra

La principal iniciativa del centro es Locked Shields, el mayor ejercicio de ciberdefensa del mundo. Desde 2010, Tallin acoge durante dos días al año a unos 4.500 expertos de hasta 41 países que participan en la simulación de un ciberincidente a gran escala, una competición en la que ponen a prueba sus habilidades técnicas para defender en tiempo real los sistemas informáticos de infraestructuras críticas, pero también su capacidad de adoptar decisiones legales o de comunicación para contrarrestar la propaganda del enemigo. El programa también cuenta con la colaboración de gigantes tecnológicos de la talla de Microsoft, AWS, Siemens o Ericsson, lo que les permite poner a prueba sus sistemas para detectar posibles vulnerabilidades.

El centro, que cuenta con estaciones eléctricas para dotar sus operaciones de suficiente potencia, también realiza simulaciones en tiempo real para hacer frente a eventuales amenazas como un colapso de la red similar al que ocurrió en España a finales del pasado abril. "Las cosas se pueden ir de madre en muy poco tiempo", explica un ingeniero eléctrico del CCDCOE. El peor de los escenarios no tiene por qué materializarse, pero hay que estar preparado para ello.

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