Dos años de guerra
Los "justos" de Israel: pacifistas, soldados o periodistas que se oponen a la masacre en Gaza tras el trauma del 7-O
EL PERIÓDICO habla con israelíes del llamado "campo de la paz": portan fotos de niños gazatíes asesinados, se niegan a servir en las Fuerzas Armadas o interrumpen conciertos para pedir el fin del genocidio
Intentan superar el trauma del peor ataque terrorista de su historia mientras claman contra los excesos de su Ejército y la guerra dirigida por Netanyahu con apoyo mayoritario

Sara Fernández

Ilan Volkov interrumpió el pasado 11 de septiembre su concierto con la Orquesta Sinfónica Escocesa en el Royal Albert Hall, el templo de la música de Londres. "Vengo de Israel, amo mi país, es mi hogar. Pero lo que está ocurriendo ahora es atroz, horrible en una escala inimaginable", dijo visiblemente emocionado el director de orquesta, judío israelí. Leía con la voz entrecortada y la mano temblorosa, hasta que el público estalló en un aplauso de apoyo. "Sé que muchos hemos perdido totalmente la esperanza viendo a palestinos inocentes asesinados por millares, sin hospitales, sin escuelas, sin saber cuándo volverán a comer, o a los rehenes israelíes, retenidos en condiciones inhumanas", prosiguió, mientras mandaba callar a algún espectador que pedía música y no política. "La política es parte de la vida".
El vídeo [en la cabecera de este artículo] se hizo viral. Volkov, de origen ucraniano, vive en Herzliya, muy cerca de Tel Aviv. Habla por teléfono con EL PERIÓDICO sobre qué le movió a romper la solemnidad del momento musical con un alegato político. Lo tenía preparado desde hacía meses, explica, porque sabía que ese era el mejor sitio para mandar su mensaje. "La situación es intolerable. Nunca ha sido buena en Israel. Mis recuerdos de infancia (tiene 49 años) incluyen la intifada y la ocupación. Pero ahora se está rompiendo todo lo que somos. No tendremos ningún futuro si seguimos. Debemos parar ahora", clama.
Él es uno de los israelíes del llamado "campo de la paz", los "justos" de Israel que defienden el derecho a la existencia de los palestinos, se oponen a la ocupación ilegal y, ahora, reclaman el final de lo que consideran una masacre inaceptable e inútil en Gaza.

Archivo - Población desplazada en la Franja de Gaza / Europa Press/Contacto/Omar Ashtawy - Archivo
¿Cuántos son ahora, tras sufrir el peor ataque de la historia de Israel el 7 de octubre de 2023? Muy pocos. La mayoría de los israelíes apoya la guerra. Tres de cada cuatro judíos israelíes (hay un 20% de árabes) dicen que no hay que tener en cuentra el sufrimiento de los civiles en Gaza mientras se libra la guerra, según una encuesta de junio del Instituto para la Democracia de Israel. Volkov pide no fiarse de las encuestas ahora, porque todos viven aún en un momento de "trauma", exacerbado por un primer ministro, Binyamín Netanyahu, que les hace sentir en un continuo estado de amenaza que no es real, opina, para un país con "el mayor ejército de la región". Las playas de Tel Aviv, a pocos kilómetros de Gaza, están repletas de bañistas despreocupados que hacen vida normal.
"En sus cabezas siguen corriendo hacia los refugios para protegerse de ataques que ya no hay", subraya Volkov. Él espera un líder fuerte que sepa sacar al país de ese estado de shock. Menciona al político y rabino de izquierdas Gilad Kariv y, con algo menos de entusiasmo, a Yair Golan (ambos del partido Los Demócratas). "No esperamos soluciones, nadie sabe cuál será la solución final para la paz. Pero necesitamos alguien que nos enseñe al menos un camino a seguir. ¿Qué quieren hacer? ¿Matarlos a todos? Hamás no se preocupa de su población, también quiere sacrificarlos a todos. Pero nuestros soldados no van a poder dormir, no van a poder viajar. Arruinan su futuro al disparar a civiles palestinos", concluye.
Carteles de niños palestinos asesinados en Tel Aviv
En los ataques de las milicias palestinas de Hamás y la Yihad Islámica contra Israel del 7 de octubre murieron 695 civiles israelíes, entre ellos 36 niños, además de 373 soldados y agentes de seguridad y 71 ciudadanos extranjeros. En total, 1.139 muertos, en la peor masacre de judíos desde el Holocausto nazi. En los ataques de represalia de las Fuerzas de Defensa de Israel contra Gaza han fallecido al menos 67.000 personas, entre ellos cerca de 20.000 niños.
Desde hace unos meses, un grupo de israelíes, Acción por los Niños, se manifiesta en las calles de Tel Aviv y otras ciudades portando pancartas con los rostros, el nombre y la edad de esos pequeños gazatíes asesinados por disparos israelíes. "Comenzamos una docena de personas tras la ruptura del alto el fuego de marzo. Pronto llegamos a ser cerca de un millar", cuenta Tamar Rubinfeld a EL PERIÓDICO desde Tel Aviv. "Queremos que el público israelí se enfrente al terrible precio que han pagado los gazatíes desde que comenzó la guerra, porque ese hecho está borrado del debate público, especialmente por los medios y su connivencia con el Gobierno".

Manifestantes israelíes muestran fotos de niños gazatíes muertos en Tel Aviv / Acción
Asegura que reciben insultos y amenazas, y que temen por su seguridad. Pero también que no van a parar: "Los niños son el símbolo más terrible del genocidio. Mostramos sus fotos para que nadie pueda rehuir su responsabilidad en los crímenes contra la humanidad perpetrados en nuestro nombre, del asesinato a la hambruna".
Los que claman contra "su propio genocidio"
Hace unos años, los expertos judíos e israelíes en genocidio se dedicaban a investigar el Holocausto provocado por los nazis contra los judíos, el cometido por los hutus contra los tutsis en Ruanda, o el de los alemanes contra las tribus herero y nama de Namibia. Ahora, buena parte habla de lo impensable: el Estado judío, según su criterio científico e histórico, está cometiendo el crimen de crímenes contra los palestinos.
Lo explicaron en este mismo diario los prestigiosos expertos Omer Bartov y Raz Seagal; lo votaron como tal los miembros de la Asociación Internacional de Académicos del Genocidio y lo han llamado así en sus artículos el grueso de los historiadores que han escrito sobre el tema en la revista Journal of Genocide Research. También el comité de expertos independientes de Naciones Unidas, Amnistía Internacional o Médicos sin Fronteras, entre otras organizaciones.
La sorpresa llegó cuando dos importantes asociaciones israelíes de derechos humanos lo definieron también así. En la publicación 'Nuestro genocidio', la organización de derechos humanos israelí B’tselem, con cuatro décadas de existencia, y la de médicos Physicians for Human Rights-Israel concluían que había pruebas evidentes de que su propio Ejército estaba llevando a cabo acciones intencionadas para destruir "en todo o en parte" a los palestinos de Gaza, haciendo desaparecer todas las viviendas e infraestructuras de la Franja o sometiéndoles a hambre y enfermedades forzosas.
"En 'Our genocide' analizamos las prácticas mediante las cuales Israel lleva a cabo su genocidio en Gaza, pero también los factores que han llevado al Gobierno a cometerlo - décadas de apartheid y opresión de los palestinos en Gaza, Cisjordania y dentro de Israel", explica a EL PERIÓDICO Yair Dvir, portavoz de B’tselem. "Todavía vivimos traumatizados por lo que ocurrió. Los asesinatos, el miedo y la pena no han terminado. Pero la esperanza no es algo que exista sin más, hay que crearla mediante la acción. Ahora mismo no hay ninguna fuerza política en Israel que busque una paz duradera basada en la justicia, la libertad y los derechos humanos para todos".
Los soldados atormentados por Gaza
Breaking the Silence, una organización de veteranos de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), ha publicado estos dos años informes basados en testimonios de soldados en los que explica al detalle cómo reciben órdenes de sus comandantes para disparar a civiles desarmados, como explicó el portavoz de la organización, Joel Carmel, a este diario. Eso incluye a centenares de niños, muertos por disparos israelíes en pecho, cabeza o abdomen, según denuncian decenas de doctores internacionales.

Disparos de bala contra niños en Gaza / Mario Saavedra Garcia
A principios de septiembre, un grupo de 300 reservistas, muchos de los cuales ya han servido durante la guerra, anunciaron en una carta que no se presentarían al servicio militar si eran llamados a filas. "Nos negamos a participar en la guerra ilegal de Netanyahu y consideramos un deber patriótico negarnos y exigir responsabilidades a nuestros líderes", dijo el sargento de primera clase Max Kresch en rueda de prensa en Tel Aviv, informa Andrea López Tomás. "Estamos viendo a jóvenes de 20 años completamente perdidos, rotos, agotados, que regresan con heridas psicológicas que la sociedad no sabe cómo tratar", cuenta Ayelet-Hashakhar Saidof, abogada que fundó el movimiento Madres en el Frente en Israel, a AP. Los suicidios entre los soldados que regresan de Gaza se han disparado, según informa 'The Washington Post'.
Hay también grupos de académicos, como el Black Flag Action Group, que se lanzó en mayo con 1.400 firmas de profesores universitarios israelíes pidiendo que sus centros educativos clamaran por la detención "inmediata" de la guerra en Gaza.
Los oficiales contra la guerra
A principios de agosto, 600 exoficiales del Ejército o los servicios de inteligencia de Israel firmaron una carta pidiendo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, una intervención estadounidense para poner fin a la guerra. Incluían algunos directores de las principales agencias de inteligencia y generales de las IDF. "Nuestra opinión profesional es que Hamás ya no supone un riesgo estratégico para Israel", decían.
Su argumento era más militar y estratégico que humanitario. La guerra no tenía ya sentido.
El ex primer ministro israelí Ehud Olmert lo dijo en octubre del año pasado en Madrid. Vino a presentar su propuesta de plan de paz junto al exministro de Exteriores palestino, Naser al Kidwa. "La guerra debió terminar hace muchos meses", afirmó entonces el exdirigente del Likud israelí.
Informar en una cacofonía de propaganda
El panorama mediático en Israel es el de un país en guerra, dominado por la propaganda y la instigación al odio, según describe el periodista del diario 'Haaretz' Gideon Levy. El canal de televisión Channel 14, adepto al Gobierno y uno de los más vistos, emite constantemente soflamas que deshumanizan a los palestinos y piden expulsarlos de Gaza o lanzar allí una bomba nuclear. Los niños gazatíes son presentados como futuros terroristas. Mientras, en redes sociales, centenares de soldados se hacen selfies dinamitando casas o probándose la lencería de la propietaria palestina de una casa recién invadida.
En este contexto mediático, el diario 'Haaretz', el decano de la prensa israelí, es la excepción. Fue el primero de los medios tradicionales en informar sobre las masacres en Gaza, las órdenes de disparar contra civiles o los asaltos de los colonos judíos a los pueblos palestinos en Cisjordania. En el mundo digital, el diario israelo-palestino '+972' (el prefijo telefónico de Israel) ha revelado el uso de la inteligencia artificial por parte del Ejército israelí para fijar de forma industrial miles de objetivos para destruir o matar en Gaza.
"Todo va a peor, es increíble. Los periodistas son totalmente pasivos, no por presión del Gobierno, sino porque saben qué es lo que los israelíes quieren ver y leer", explica Gideon Levy. "Temen enfadar a la gente. Ahora, por ejemplo, se debate sobre la hambruna de Gaza... pero para decir que no existe, que son 'fake news' o imágenes generadas por Inteligencia Artificial".
Las mujeres por la paz
El 4 de octubre de 2023, cerca de un millar de mujeres israelíes y palestinas marcharon en Jerusalén para pedir paz. Solo ese año, el Ejército israelí había matado a 232 palestinos, entre ellos 45 niños y niñas, y las milicias palestinas habían acabado con la vida de 30 israelíes. "Las vidas de los niños israelíes y palestinos importan, no porque sean israelíes o palestinos, ¡sino porque son niños!", clamó una de las participantes.
Eran miembros de dos grandes organizaciones de mujeres de Israel (Women Wage Peace, Mujeres que Luchan por la Paz) y Palestina (Women of the Sun, Mujeres del Sol). Tres días después, se desataría el horror. Pero siguieron trabajando juntas. Quedaron en segundo puesto del premio Sajarov de Derechos Humanos de 2024.
Pascale Chen fue miembro israelí de Women Wage Peace hasta hace pocos meses, en que lo ha dejado para tratar de superar el trauma. "Aunque muchos activistas por la paz de Israel han perdido la fe, yo todavía creo que tenemos que llegar a un acuerdo justo y duradero de paz. Tras la masacre del 7 de octubre, nuestra sociedad ha cambiado profundamente. Seguimos sangrando por la herida, de duelo y bajo un trauma colectivo", apunta Chen a este diario desde Tel Aviv.
"Todos los días pienso y hablo de la masacre del 7 de octubre y la guerra en Gaza: las miles de familias destrozadas, la horrible situación de los rehenes, la pérdida de tantos soldados y de vidas inocentes en Gaza, incluidos ancianos y niños", asegura. "Yo perdí a una amiga, Vivian Silver, una activista por la paz, en el kibutz Beeri".
Pide hablar también del "dramático aumento del antisemitismo en Europa" que califica de "insoportable". "Se ataca a las comunidades judías diariamente porque se les identifica de forma errónea con el gobierno ultraderechista de Israel". Critica a las organizaciones feministas internacionales que no hayan condenado "la peor violencia sexual sufrida por las mujeres israelíes".
El futuro de Israel
Dice el pensador israelí Yuval Noah Harari que la guerra de Israel en Gaza ha cambiado profundamente el futuro del país. Los jóvenes del mundo no crecerán con el paradigma del Holocausto judío perpetrado por los nazis, sino por la masacre indiscriminada de civiles perpetrada por el Ejército israelí. ¿Qué encaje le espera al país en el mundo?
Los acuerdos de paz propuestos por Donald Trump que se negocian estos días tienen un futuro incierto. "Hablar de paz es peligroso y confunde. Permite que Israel continúe con su proyecto de opresión, expulsión o asesinato de palestinos", dice a este periódico Eitan Bronstein, israelí fundador del proyecto De-Colonizer. "Muchos israelíes viven en una paz falsa, y quieren un acuerdo que mantenga la supremacía judía y la sumisión de los palestinos".
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