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El 12 de octubre, el día de la Hispanidad, no es para todos una jornada de celebración. Para los pueblos indígenas de la América Latina la fecha tiene otra connotación no tan festiva. Se ha convertido en un motivo para la recuperación y reivindicación de le memoria, como afirman, "de más de cinco siglos de resistencia de los pueblos originarios, desde el tiempo de la colonia, en defensa de la cultura, su forma de vida y sus territorios. y de más de doscientos años de resistencia popular contra un sistema económico y social basado en la explotación".

El coordinador del Programa de Comunicación del Consejo Regional Indígena del Cauca de Colombia, Vicente Otero, cree que es un día para reflexionar. "Para los indígenas es una fecha de autorreflexión como pueblos que somos. Para nosotros se trata de 518 años de despojo, muerte, saqueos, genocidio. Además, muchos países de Latinoamérica están celebrando los 200 años de haberse convertido en estados nación, pero para nosotros no hay motivo para festejarlo porque los gobiernos de turno han permitido otra nueva colonización por parte de las multinacionales".

Otero, que ha estado recientemente en Valencia para difundir el mensaje de los pueblos indígenas que luchan por no desaparecer, cree que tanto la colonización de hace 518 años como la proclamación de los nuevos estados "es igual de perjudicial para nuestros pueblos. La conversión en estados quizás sea peor porque nos han quitado los poco que nos quedaba. Estos 200 años que quieren celebrar nada tiene que ver con nuestros pueblos".

Para Otero los culpables de esta situación "son los gobiernos actuales porque forman parte del sistema, están en ese juego de privatizaciones que están privándonos de servicios públicos, del agua, la tierra, la energía... Luchamos contra multinacionales de EE UU, de Europa, que han sido invitadas, como pasa en Colombia, por los gobiernos. Y estas empresas también patrocinan la guerra de los paramilitares para atemorizar a las comunidades para que tengan libre el camino de entrada".

El dirigente indígena destaca la "resistencia civil de las comunidades pero se producen muertes, desplazamientos, despojo de las tierras y saqueos. Tenemos unas culturas, una lenguas originarias que queremos proteger pero el enemigo es muy fuerte".

La organización social es el arma principal de las comunidades indígenas para esta lucha tan desigual, como afirma Vicente Otero. "Es una de nuestras herramientas. Por ejemplo, tenemos la guardia indígena, una corporación de mujeres, hombres y niños que no se trata de una fuerza armada sino civil para controlar el territorio. La movilización social es muy importante. En Colombia hemos constituido la Minga de Resistencia Social y Comunitaria, una organización que trata de llevar por todo el territorio nacional la palabra de los indígenas y que ahora se ha transformado en el Congreso de los Pueblos". Además Otero destaca que la comunicación es vital en esta lucha. "Tenemos un plan de comunicación basado en 32 emisoras de radio que nos ayudan a difundir nuestro mensaje".Pero la resistencia es difícil. "nosotros estamos en el medio de la guerrilla, los paramilitares, el narcotráfico, las multinacionales y el Gobierno de Colombia con sus leyes del despojo y las comunidades indígenas ponemos las víctimas en este conflicto que no nos pertenece. Pero es una lucha desigual, hablamos de pueblos débiles", argumenta Otero y añade que el optimismo "no lo vamos a perder. Nuestra propuesta es de paz y de convivencia, pero no solo para los indígenas sino para todo el territorio nacional".

La mayor amenaza para estos pueblos es, según el líder indígena, "la ley del despojo, que permiten que los campesinos pierdan sus tierras para que sean pasto de las multinacionales. No hay leyes justas. En 2007 la ONU aprobó la declaración de los derechos humanos de los pueblos indígenas. Colombia la ha ignorado, lo que significa llevar al olvido a 102 comunidades indígenas, que es lo mismo que decir que se ignoran culturas y lenguas diversas. Hay 34 pueblos en vías de extinción, comunidades que sólo tienen 20 familias. Aun así, estamos aquí después de 518 años.