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Daddach afirma que la situación en la región es muy difícil. "Con el desmantelamiento de los campamentos en 2010 se ha disparado la tensión. La gente pide a diario el fin del sufrimiento del pueblo saharaui, exige la libertad de los presos políticos, la mejora de las condiciones de las cárceles de Marruecos. La policía marroquí maneja listas de personas que busca para detenerlas y encarcelarlas sin ningún motivo".

Tras 30 años de conflicto, nada hace atisbar una solución. Daddach tampoco la ve. "La gente también sabe que no hay avances y por eso la inmensa mayoría de los jóvenes saharauis quiere el regreso a las armas. Son muchos años de negociaciones, de acuerdos pero no hay resultados. No queremos la guerra pero ¿dónde está la solución? En el Sahara todo está paralizado por el conflicto: la economía, la sanidad, la educaciónÉ Y este es el problema, si no hay un atisbo de solución no hay futuro y crece la frustración y la creencia de que es necesaria la vuelta a las armas".