Incertidumbres sobre el Cabanyal

Ya no es tiempo para equívocos. De los años que llevan batallando con la prolongación de Blasco Ibáñez, lo único que se ha visto es la maña gestión de los artífices de la asociación Salvem el Cabanyal. Nunca se han dicho las razones claramente porque existe mucho más interés económico que cultural. El pacto debería haber sido casa a cambio de casa. Aquellos que estamos a favor, no queremos que la gente se quede sin casa, al contrario queremos que sus casas sean evaluadas con el coste real que vale la vivienda porque expropiarla no es lo que nos gustaría a nadie.

De todas estas personas que arman tanto clamor, existe una gran mayoría que se marchó en su día porque hubo quien les ofreció dinero fácil. También los hubo que abandonaron las casas esperando cobrar cifras millonarias. Lo vergonzoso de esto es que quien sufrimos el deterioro somos quienes nos hemos quedado a vivir en el barrio. Los que viven en primera línea de playa, zona que no le afecta la prolongación, claman su amor al Cabanyal.

Nadie sabe realmente si podremos salir de este encuentro costará mucho darle vida a un barrio que está asolado, casas a medio caer, solares tabicados. Parece más una zona de guerra que otra cosa. Ambas partes emplean la misma técnica: guerra de palabras y con una alcaldesa poco dialogante. Ya veremos lo que ocurre en el Cabanyal.

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