El Congreso ha acordado controlar los gastos de los viajes de los diputados. Los grupos políticos serán los responsables de autorizarlos y las cuentas se actualizarán cada tres meses, aunque no de forma individualizada. Esto cada día se parece más a un vertedero donde unas basuras tapan a otras. ¿En qué cambia este modelo respecto al que existe desde 1978? Que yo sepa, en nada, pues se sigue dando el control al mismo que lo ha tenido durante 36 años: el partido.

Con esta historia, y como en muchos casos que hoy estan en los tribunales, nadie irá a la cárcel porque nunca hay responsables. Está visto que las personas que nos representan tienen carta blanca para hacer lo que les viene en gana, todo ello tapado por las mismas personas que tienen los mismos privilegios. Es decir, cómo se controla a alguien que a la vez te controla a ti.

Como ciudadano me recuerda aquel viejo dicho de que Franco lo dejó todo bien atado. Con el tiempo te das cuenta que quienes tienen bien atado el sistema son las personas a las que se les llenan las bocas de demócratas, y que hasta la fecha lo único que han hecho es llevar el país a la ruina económica con sus negocios sucios y tener un sueldo vitalicio mensual superior al sueldo anual de muchos ciudadanos a cambio de palabras huecas y partidistas.

Ya está bien de tanto teatro. Se merecen unas vacaciones donde puedan presumir de dignidad política, sin que nadie les escuche, pues si abren la boca seguro que la cagarán. Enrique Fernández. València.