La guerra contra los dioses

Alfredo Alba Marín. Llíria

El primer relato de la humanidad narra la muerte de Enkidu por desafiar a la diosa Istar y cómo su amigo Gilgamesh emprende un viaje en busca de la inmortalidad. Desde entonces, la historia del hombre es la de una guerra constante contra los dioses. Cambian de nombre y de aspecto, se hacen sutiles e ininteligibles, contradictorios y a veces absurdos debido en parte a los fallos de guion de sacerdotes cada vez más incultos y patanes, pero son siempre los mismos dioses. En Occidente, un metadios los ha confinado a la intimidad poética de la vida de los hombres; este metadios llamado ciencia y tecnología nos ha sido revelado por profetas como Galileo, Newton, Faraday, Einstein o Nikola Tesla, y es adorado cada día en todos los países del mundo cada vez que se enciende un interruptor.

Ahora, los pensadores y artistas, a la luz de la ciencia, nos han revelado otro mensaje metadivino que nos concede una vida clara, sin miedo, pues los únicos dioses que realmente manipulan nuestras vidas son aquellos creados para proteger a los poderosos que controlan la economía y cuyo olimpo se haya en los mercados bursátiles. Gracias a mártires como Giordano Bruno, somos humanos y no monos, esta es la inmortalidad como la que consiguieron Gilgamesh y Enkidu, y también conseguirán sin duda los asesinados por el miedo de los dioses, pues como las murallas de Uruk, sus dibujos ahora brillan como el bronce. «Je suis Charlie». Alfredo Alba Marín. Llíria.

Tracking Pixel Contents