Caminar antes de empezar a correr

Claudia Omarrementería. Valencia

No seré yo quién critique lo incriticable y nada más lejano a mis intenciones que poner en entredicho el fomento de lo que considero y es un hábito saludable y más que loable actividad como es el footing, símbolo y reflejo además de valores como el esfuerzo y espíritu de superación. Pero al margen de todo esto, ¿no creen que en el último período y como suele ocurrir en esta ciudad con los fenómenos y eventos de masas, estamos exagerando un pelín con esto del running?

Es fantástico ver una ciudad soleada, animada y claro que sí, repleta de gente sana y positiva hacia una misma dirección. Pero cuando atiendo a la marcha de mi ciudad se me ocurre por ejemplo que quizá preferiría de vez en cuando ver el Paseo de la Alameda cortado y obstaculizado „como ocurre cada vez que tiene lugar uno de estos acontecimientos„ a causa de algún concierto de música en lugar de por una maratón; incluso a veces mi osada imaginación se atreve a fantasear con más de 20.000 participantes de una feria literaria que acudan a recoger no un dorsal, sino un libro; y esta imaginación mía incluso visualiza ese Museo de las Ciencias destinado a lo suyo, a las ciencias y a la cultura en lugar de verse convertido en sede-correcaminos.

Insisto, cómo no, en la importancia de la salud y el merecido espacio que deben tener en nuestras vidas el deporte y el ejercicio físico. Amo y disfruto con el deporte y lo concibo además como una forma de relación social, de solidaridad y de entrenamiento también mental. Por eso creo que la meta en nuestras ciudades, en nuestras políticas, en nuestras sociedades, debe ser aún más amplia y más ambiciosa señores. Y antes de avalanzarnos sobre kilómetros de isotónica se debe también dar pasos en otros sentidos. Acortemos la zancada y hagamos un precalentamiento global, también en el alma, también en la mente, preparémonos a fondo, de forma integral y, sobre todo, de forma gradual, porque si no corremos el riesgo de lesionarnos o, aún peor, de colapsarnos.

Vayamos in crescendo y poco a poco más allá, eduquemos y crezcamos intelectual y cívicamente. No nos dejemos arrastrar por mareas espontáneas y fugaces que vienen y van y construyamos algo más sólido pues como ya entonaba Calamaro en alguna milonga debemos caminar antes de empezar a correr; así es querido Andrelo, no se puede sprintar nada más empezar. Claudia Omarrementería. Valencia.

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