Vuelve el hombre

Vuelve Aznar, vuelve el hombre, el macho alfa, el espalda plateada, el gran adalid que nos llevará a la tierra prometida. Este señor habló recientemente poniendo su «sabiduría y buen hacer» a disposición de Rajoy, se puso las gafas de las declaraciones trascendentes y utilizó, como suele hacer, palabras vacías y populistas envueltas en una falsa solemnidad. Vivimos en un gran país y tiene que llegar a ser el mejor, no el menos malo, dijo. Parece que está hablando de una entelequia, de un ente indefinido que compite en una suerte de liga mundial de la economía para mayor gloria de sus dirigentes.

Pero un país es mucho más que eso, es algo mucho más concreto y definido, es sobre todo y principalmente sus habitantes. Considerar a los ciudadanos un asunto secundario al servicio de la economía genera situaciones como aquella de la España que iba bien, mientras la mitad de las familias españolas tenía problemas para llegar a fin de mes. O aún peor, corremos el riesgo de parecernos cada vez más a China que gracias a su economía neoliberal, como la nuestra, ha llegado a ser la primera potencia mundial, con muchos multimillonarios, mientras la inmensa mayoría de sus ciudadanos malvive en la miseria. Carlos Rada. Valencia.