Rita Barberá ha demostrado con su vergonzante «caloret», primero que no sabe hablar la lengua que representa, y segundo que un representante de tanta calada no puede, ni debe, hacer tanto el ridículo en el inicio de una fiesta tan grande como las Fallas. Me parece que es y ha sido el ejemplo claro del abandono y del poco interés que se tiene por el buen uso del valenciano como lengua. Nadie se queda en blanco y destroza tanto una lengua.

Si un político comete un error que le obliga a pedir disculpas y decir «lo siento» a todos sus votantes y ciudadanos, lo que debe hacer también y necesariamente, es formarse y aprender idiomas, y luego tomar un nuevo camino al cual dedicarse. Fernando Nicolás. Carcaixent.