Cuando se toma la calle como si se tratara de un comando y se obvian los derechos de los demás, cuando se toma como referencia «lo nuestro» y el resto ni existe o cuando simplemente se es maleducado e irrespetuoso, ocurre que la Policía Local actúa y se convierte en noticia. La fiesta es una cosa, la alegría y el sentimiento fallero lleva a veces a comportamientos más cercanos al tonto del bombo que al Manolo el del bombo, fuera de lugar y de tono.

¿Acaso puede un grupo de personas enaltecidas por un polar unitono como seña de identidad y acompañados de un agradecido grupo de músicos, tener más derechos que quien está tomando un copa en una terraza, simplemente disfrutando de un espacio público? Y si cuando se les llama la atención se creen además con derechos que no tienen faltando a la autoridad, después extrañados se lamentan incrédulos y se convierte en noticia.

Cada cosa en su sitio y en su lugar. Ni la estación de Xàtiva, ni el tren en el que fueron y regresaron, ni las calles por las que fueron dejando su rastro irrespetuoso son la mejor representación de una fiesta. Respeto por los demás y menos prepotencia gamberra, no todos somos iguales. Mateo Pardo. Valencia.