Leí hace algún tiempo a Fernando García de Cortázar y Ruiz de Aguirre, sacerdote, historiador, catedrático de historia contemporánea de la Universidad de Deusto, un escrito titulado «Un agosto con Chejov», en donde hace un especial ensayo del personaje de la obra titulada Tio Vania, y desde el punto de vista cristiano, donde el personaje de Chejov, desilusionado de toda su vida, se pregunta si no ha sido su existencia un error o un engaño, perdiendo la esperanza. Por ello, el cristianismo y su fe tienen que dar una respuesta, un consuelo e intentar darle a esa vida frustrada un significado elocuente de fe en Dios. Es la ayuda que necesitan todos los que mantienen un sinsentido a su vida, y darle no solo buenos consejos, sino también imbuirles la esperanza de seguir viviendo. Un artículo de gran categoría personal como es la de su autor.