Es admirable la cultura religiosa que tienen en la oficina de correos de mi ciudad. A diferencia de muchos, saben que el tiempo litúrgico de Navidad finaliza el domingo siguiente a la celebración de la Epifanía, con el Bautismo de Jesús, que este año caía el domingo, 12 de enero. Por eso, no les ha pesado lo más mínimo entregar las felicitaciones navideñas de sus humildes clientes, enviadas a mediados de diciembre, durante los días 9 y 10 de enero. Y es que... ¡aún era Navidad! Eso sí, los paquetes que Papá Noel y sus Majestades mandaron a través de Amazon llegaron puntuales al máximo y sin queja ninguna. Ahí se ve qué mueve hoy en día a Correos y cuáles son sus prioridades. Y es que, aunque sea Navidad, «la pela es la pela».