Ahora tiene que llegar, es la oportunidad esperada, es el tiempo oportuno, que aunque sea por accidente, de acabar con un libro entre las manos. ¡No, Andrés, no digas que no hay mal que por bien no venga", porqué este mal tiene tintas mayores, pero, desde luego, a buenas que bien se podía aplicar. Cojamos libros y leamos, busquemos la tranquilidad física y mental con un libro entre las manos, apreciemos que con las maquinitas, independientemente de tu opinión y la mía sobre su validad educativa o desviación pedagógica, producen una alteración psíquica con su abuso y comprobemos como la lectura tranquiliza y enriquece el espíritu. ¿os imagináis, el descanso de la desidia del nerviosismo de la encerrona domestica fuera toda la familia leyendo en el cuarto de estar y después con el espíritu calmado acudir a cenar a la cocina para contar, los niños las aventuras aquel capitulo y los mayores las conclusiones y personales obtenidas en aquellas palabras?

El leer potencia la imaginación, la cultura, el arte personal, pero en demasiadas ocasiones se nos olvida el carácter pedagógico y psicología que produce su practica.